San José – Uno de cada cinco venezolanos que han llegado recientemente a América Central y el Caribe se ha enfrentado al alto riesgo de explotación laboral o a la trata por trabajo forzado, según una encuesta reciente de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), realizada a 4.600 personas en cinco países.
El 20% respondió positivamente a los indicadores de explotación laboral incluidos en la encuesta. Los hombres encuestados mostraron la mayor vulnerabilidad.
Ellos informaron ser víctimas de prácticas explotadoras como trabajar sin recibir una remuneración, ser forzados a trabajar, trabajar para pagar una deuda e incluso ser detenidos contra su voluntad.
Entre julio y diciembre de 2018, la OIM realizó una serie de encuestas, usando su metodología de Matriz de Seguimiento de Desplazados (DTM por su sigla en inglés) en Panamá, Trinidad y Tobago, República Dominicana, Costa Rica y Guyana a fin de aumentar la calidad de la información sobre la población y sus necesidades.
El análisis de la información muestra que hay una asociación entre el riesgo de explotación laboral y aquellos que trabajan en el sector informal: más de la mitad de los encuestados dijo que trabajaban en la economía informal, lo que aumenta el riesgo de convertirse en víctimas de abuso, explotación y trata de personas.
El análisis también muestra un alto riesgo de discriminación basado en la nacionalidad. Aproximadamente, un tercio de los encuestados expresaron haber tenido alguna experiencia de discriminación desde su partida.
“Muchos venezolanos que vienen a América Central y el Caribe se respaldan entre ellos al trabajar en la economía informal, lo que los expone a posible explotación”, dijo Rosilyne Borland, Especialista Regional Principal en Asistencia al Migrante en la Oficina Regional para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe de la OIM.
“Nuestros resultados muestran la presencia de riesgo de trata de personas para la explotación laboral y deja en claro que debemos continuar trabajando a fin de aumentar la capacidad de respuesta de gobiernos, agencias de Naciones Unidas y ONG. La explotación sexual de venezolanos en la región también es un serio problema y debería ser parte de nuestros esfuerzos, pero no debemos olvidar otras formas de explotación”, enfatizó.
Desde mediados de la década de 1990, la OIM y sus socios han brindado protección y asistencia a cerca de 100.000 hombres, mujeres y niños quienes fueron víctimas de trata para explotación sexual o laboral, esclavitud o prácticas similares, servidumbre o comercio de órganos.
La OIM continuará brindando su apoyo al esfuerzo de los Estados y la sociedad civil a fin de abordar las necesidades más urgentes de los refugiados y migrantes de Venezuela a la región. Las estrategias de la OIM para contrarrestar la trata y explotación de personas incluyen acciones para reducir el riesgo, por ejemplo: regularizar a los migrantes, mejorar tanto sus condiciones de vida como laborales y realizar un apoyo orientado a proteger y asistir a las víctimas.
Este análisis y otras actividades relacionadas con el Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela son posibles gracias al apoyo financiero de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM por su sigla en inglés) del Departamento de Estado de EE.UU.