Luego de la presentación del “Manual del combatiente revolucionario”, el diputado, militar retirado y ex Ministro del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia (2007), Pedro Carreño vuelve a presentarse en los espacios del canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV), para hablar del “Plan de encuadramiento de la estructura del Psuv para su incorporación a la defensa integral a través del sistema defensivo territorial”.
Ya desde Provea hemos expresado preocupación y rechazado con contundencia que el gobierno considere apoyarse en civiles armados para defenderse de un “enemigo interno” que ha definido como todo aquel ciudadano que disienta expresamente de la gestión del presidente Nicolás Maduro, por la razón que sea, así como de un enemigo externo cuyo principal protagonista es “el imperio”.
Ahora, Carreño exhibe bajo la lógica bélica y la tesis del enemigo interno y externo, una estrategia que implica armar y entrenar a los ciudadanos que forman parte del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). “… bajo la suposición de que esta situación pudiera ir in crescendo, y generar una escalada mayor de violencia, el Partido Socialista Unido de Venezuela, tiene la altísima responsabilidad de incorporarse como cuerpos de combatiente”. Señaló que esta incorporación tiene cuatro fases: registro, organización, adiestramiento y empleo.
Sobre el entrenamiento, el diputado explicó que los militantes de Psuv irán a las canchas especializadas para aprender “tiro de combate, de infiltración, tiro instintivo, defensa personal, defensa antimotín”. Es decir, se enseñará a civiles lógicas de guerra.
Esta iniciativa parte de la política de gobierno, incurre nuevamente en una violación a la Constitución y profundiza la crisis del país poniendo en peligro el derecho a la vida e incitando nuevamente al odio. Nuevamente se vuelve a imponer la lógica bélica a la vida cívica.
Los artíclos 328 y 329 de nuestra Carta Magna no solamente son claros en señalar que la Fuerza Armada Bolivariana (Fanb) está al servicio de la Nación y no al de parcialidades políticas o de personas, sino también hacen énfasis en que la seguridad de la integridad del espacio geográfico es su responsabilidad.
Además, el artículo 324 reza: “Sólo el Estado puede poseer y usar armas de guerra”. Sobre esta base hay que cuestionar categóricamente los entrenamientos militares a civiles. “Nosotros le vamos a tributar a la defensa integral de la nación, de la patria, de esta esperanza, para frente a cualquier escenario ponérselo a la orden de nuestro comandante en jefe, compañero presidente Nicolás Maduro, y del pueblo venezolano. 920 batallones territoriales, de milicia, ¿conformado por quiénes?: por nosotros mismos para la defensa… Nosotros después de adiestrados y equipados: prestos a la orden del comandante en jefe para el empleo…”
Esta militarización de la vida cívica está enmarcada en el empeño del gobierno por generar temor a los ciudadanos en general: controlar a los opositores y neutralizar cualquier disidencia dentro de su seno. Como muchas otras, se planta frente a nosotros una imagen contradictoria: Introducir la lógica de la guerra en sectores que deberían constituir la esencia de la democracia: los partidos.
Otro de los elementos que importantes es que esta propaganda de guerra difundida a través de VTV está prohibida Nuestra Carta Magna en su artículo 57. Carreño vuelve a violar nuestras leyes, en flagrancia. El artículo 285 del Código Penal Venezolano contempla: “Quien instigare a la desobediencia de las leyes o al odio entre sus habitantes o hiciere apología de hechos que la ley prevé como delitos, de modo que ponga en peligro la tranquilidad pública, será castigado con prisión de tres años a seis años.”
Prensa Provea