La directora de Cofavic resaltó que la práctica normal de cualquier régimen es permitir la visita «in loco» de la CIDH porque lo contrario es admitir que se está en una situación donde se violan los DDHH
El ocho de enero del presente año, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ratificó su disposición a realizar una visita “in loco” (en el sitio) a Venezuela, para conocer de manera directa casos de violaciones a DDHH en el país, visita que fue solicitada en agosto de 2019 por Gustavo Tarre Briceño, representante diplomático de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) y quien en enero de ese año como presidente encargado de Venezuela, a raíz de una serie de hechos, como fue la muerte del capitán Acosta Arévalo, presuntamente como consecuencia de torturas recibidas.
No obstante, el pasado viernes 31 de enero, el canciller del gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, anunció que el Ejecutivo no permitirá la visita de la comisión, ya que Venezuela salió del sistema interamericano el año pasado, luego de haber denunciado la Carta Interamericana de Derechos Humanos.
Para la fundadora y directora del Comité de Familiares de las Víctimas del Caracazo (Cofavic), Liliana Ortega, la acción del gobierno de Nicolás Maduro no perjudica a actores políticos u organizaciones en particular sino a las víctimas más desfavorecidas, que no cuentan con acceso a los organismos de DDHH.
Facultades intactas
Liliana Ortega resaltó que la CIDH se mantiene en vigencia para Venezuela a pesar de la denuncia que el país realizó para salirse del sistema y esto se debe a que la denuncia, en su opinión, se realizó de manera inconstitucional, y porque, además, la salida se formaliza una vez que el país ha cumplido con todos los mandatos
“La CIDH no solo está consagrada en la Carta de la OEA y en la Convención Americana sino también lo está, y tiene facultades intactas, en una serie de tratados que han sido ratificados por Venezuela y que hasta la fecha no han sido denunciados”, expresó en entrevista exclusiva para la alianza Provea-TalCual.
Ortega citó entre estos convenios válidamente suscritos por la República, como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y los acuerdos contra la tortura, la desaparición forzada de personas, la discriminación racial y todas las convenciones que se mantienen vigentes hasta el día de hoy y que contemplan tanto a la CIDH como a la Corte Interamericana como órganos competentes para la supervisión, el monitoreo, la aplicación en el ámbito de la protección y la garantía a los DDHH.
“Así mismo hay una serie de sentencias, medidas cautelares y decisiones que han sido dictadas incluso mientras estuvo vigente la carta de la OEA, como la histórica sentencia del caso del Caracazo, la correspondiente a la masacre del retén de Catia, a las desapariciones forzadas relativas a los deslaves de Vargas en 1999, la sentencia de la familia Barrios, y la del caso de Linda Loaiza, que se encuentran en estado de incumplimiento y las cuales tienen a la Comisión Interamericana atribución vigente para monitorear y supervisar. Eso también valida la jurisdicción que tiene la Comisión Interamericana en la actualidad en el caso venezolano”, apuntó Liliana Ortega.
Sin esperanza
-¿Cuáles son las consecuencias de que se impida a la comisión realizar su visita? ¿Es válido el argumento de que Venezuela ya no pertenece al sistema interamericano?
-Aunque la Carta de la OEA, como lo hemos sostenido la mayoría de las ONG y la Comisión Americana de los DDHH no ha sido válidamente denunciada, porque además se hizo por una vía inconstitucional, hay que decir que la Carta de la OEA establece que la denuncia entrará en vigor una vez que el Estado, en este caso el venezolano haya cumplido con todas las obligaciones pendientes bajo el sistema interamericano y la Carta.
“Dentro de esas obligaciones pendientes está el cumplimiento de sentencias, medidas cautelares, medidas provisionales informes de la comisión, entre otros, por ello hay que determinar que el Estado venezolano está sujeto a las atribuciones de la CIDH y debería facilitar la visita in loco que está propuesta, porque negarla es negar a las víctimas , especialmente las más desfavorecidas, la posibilidad de encontrarse con un órgano que tiene una experiencia acumulada en documentación de casos y en DDHH que podría ser una esperanza de justicia para ellas”, abundó.
– ¿Qué expectativas surgen ante una visita in loco?
– La Comisión Interamericana es un órgano natural y autónomo de la OEA, cuyo mandato surge de la carta de la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero es muy importante saber que está en la Declaración Americana y tiene funciones para todos los países , incluso aquellos que no han participado en la Comisión Americana sobre los DDHH. Tiene diversas funciones principales, como la protección y la garantía de DDHH en el hemisferio y en el ejercicio de esa función principal tiene diversos modos para desarrollarse, uno de ellos es la posibilidad de visitar a los países, lo cual es una muy buena oportunidad en primer nivel porque es una oportunidad de justicia para las víctimas en el sentido de que puede atender a las víctimas más vulnerables, las de menos recursos, que pueden acceder menos a los sistemas internacionales. En segundo nivel para quienes ejercen la autoridad, porque también pueden presentar cuáles son los obstáculos y los avances, y luego para la sociedad civil en general y especialmente organizada.
Pierden las víctimas
“Este tipo de visitas se hace en todos los países en situaciones diversas, con Fujimori, en Perú, en Argentina, en Chile, la Comisión está en Chile y se hace con distintos regímenes, independientemente. Es una herramienta, lograr una interlocución directa con la comisión, que puede ser muy útil para todos. ¿Quién pierde, si no se dan facilidades a la comisión en su visita? Visita que tiene por cierto que tener unas características, debe ser objetiva independiente, autónoma, diseñada por ellos, porque las autoridades lo que tienen que hacer es facilitar el desarrollo de esa agenda, entonces los que pierden son las víctimas”.
Resaltó Ortega que en un país donde hay un eje transversal, una crisis de DDHH, como la que tiene Venezuela, que ha sido comentada por la Comisión Interamericana, también por la Corte Interamericana, la ONU, el Consejo de DDHH y la oficina de la Alta Comisionada, por lo que no está en discusión sobre si en Venezuela hay problemas de DDHH, pues está suficientemente documentado por los principales órganos internacionales, lo que permite que vengan los organismos internacionales al país es que puedan encontrarse con diversos actores en el terreno.
“La visita in loco es una oportunidad para quienes aseguran que hay una crisis de DDHH, como para aquellos entes que pueden decir cuáles son los problemas que tienen en la protección de los DDHH. Es un grave error para cualquier actor impedir una visita de este tipo, porque eso puede tener beneficios para todos los actores y es algo que se hace en buena parte del hemisferio. De hecho, en situaciones muy extremas ha dado buenos resultados. Luego de la visita la comisión puede preparar unos informes, luego de tomar información de primera mano que es muy útil para los organismos internacionales”, explicó.
Independiente
-Después que se presente un informe ¿qué se puede esperar?
-La comisión ha visitado en casi todos los países del hemisferio, Colombia; México durante el caso de Ayotzinapa, que generó una comisión especial para la investigación de los 43 asesinados; Chile recientemente a raíz de las protestas; Brasil; Argentina en la época más dura del cono sur. También en El Salvador, Nicaragua, Guatemala, por supuesto Honduras. Lo extraño es que se niegue la visita, es una práctica regular de la comisión, e independientemente de la ideología del régimen en cuestión, lo normal es permitir la visita y dar facilidades, porque lo otro es dar por cierto todas las acusaciones sobre violaciones de los DDHH y se perjudica a las víctimas más desfavorecidas, la gente más pobre, más vulnerable que podrían acceder a un organismo internacional en su visita al país por unos días, donde la comisión desarrollaría una agenda totalmente independiente.
-¿Cuál es la consecuencia de impedir la visita?
-Un país puede no asumir las violaciones de DDHH. Los Estados toman medidas para que esas violaciones se castiguen y no se desarrollen en un marco de impunidad. Si se impide la visita in loco de un órgano tan importante como la Comisión Interamericana lo que te estás es poniéndote de parte de ese marco de impunidad que perpetúa las violaciones de DDHH.
Cambio de situación
-¿En una visita, la comisión puede esperarse que se concentren en algo específico, como el tema de las cárceles o el de los presos políticos?
-Ellos deben presentar su agenda, entiendo que la que está planteada para Venezuela es una visita corta. Seguramente se concentrarían en Caracas pero van a abarcar todos los temas incluidos en la agenda internacional.
“El hecho que la comisión ingrese o no al país no cambia la situación sobre si hay o no una crisis de DDHH, lo que puede cambiar es que puede que la situación mejore con el ingreso de la Comisión Interamericana”, insistió.
Alianza Tal Cual-Provea