El gobierno debió haberse llevado una gran sorpresa con las movilizaciones masivas que se realizaron en todo el país el día lunes de carnaval. Tal vez las salas situacionales le habían recomendado, y así lo ejecutó, adelantar los carnavales porque sería una medida que pudiese enfriar la acción de calle. Esas salas situacionales posiblemente hayan ideado un escenario donde tras varios días de fiesta cualquier convocatoria que realizara la Asamblea Nacional estaba destinada al fracaso.

Concentración lunes 04 en la Plaza Alfredo Sadel

Las numerosas y masivas movilizaciones el día lunes 04 de marzo debieron generar preocupación en el alto gobierno. El pueblo mostró su irreverencia y disposición a seguir en las calles.

La osadía del diputado Juan Gerardo Guaidó quien viene ejerciendo las funciones de presidente encargado de la República, de ingresar al país por el principal aeropuerto tal como lo había anunciado días antes, elevó los ánimos de la población. El desafío a la dictadura se convirtió en una derrota para el gobierno al anunciar públicamente y de manera arrogante que sería detenido al llegar a Venezuela. No solo no ocurrió, sino que la convocatoria que realizó junto a la Directiva de la Asamblea Nacional de salir ese día a las calles contó con un masivo respaldo.

El día martes 5 de febrero, Guaidó realizó una reunión con sindicalistas en el Colegio de Ingenieros de Caracas. La convocatoria realizada de un día para otro contó con una significativa asistencia. El auditorio quedó pequeño para la cantidad de participantes, lo que obligó a trasladar el evento a la terraza.

El diálogo entre sindicalistas de muy variadas tendencias y sectores de la administración pública con el diputado Guaidó concluyó con el acuerdo de empezar a organizar paro escalonados, incorporando esta forma de lucha como parte de la estrategia de presión a la dictadura. Los paros escalonados deben ir generando las condiciones para una acción de mayor envergadura donde el protagonismo fundamental lo asuman los y las trabajadoras del país.

La nueva Rebelión Popular que empezó en enero y que tiene una ruta clara trazada por la Asamblea Nacional de garantizar la salida de Maduro del poder, conformación de un gobierno de transición que convoque a elecciones libres, transparentes e inclusivas requiere sumar más fuerzas, diversificar las acciones de presión manteniendo su carácter pacífico pero categórico.

Prensa Provea