Agradecemos la primera actualización oral de la Alta Comisionada sobre la situación en Venezuela, y esperamos con interés el informe que se presentará en junio. En este sentido, nos gustaría subrayar algunos temas en los cuales el informe de la Alta Comisionada podría jugar un papel importante. Entre otros asuntos, el próximo informe sobre la crisis en Venezuela debería abordar la arremetida contra opositores, que continúa, la devastadora escasez de comida y medicinas, y la resultante crisis de refugiados.
En un informe reciente de Human Rights Watch y el Foro Penal, analizamos casos en los cuales los servicios de inteligencia detuvieron y torturaron a militares sospechados de conspiración. En algunos casos, también persiguieron a sus familiares u otros civiles cuando no podían encontrar a los sospechosos; en la mayoría de los casos, agentes de inteligencia realizaron los arrestos. Recientemente, miembros de las fuerzas de seguridad y grupos armados partidarios del gobierno han vuelto a usar fuerza excesiva contra manifestantes, dejando decenas de muertos y muchos heridos más.
Señor Presidente, estos no son actos aislados cometidos por agentes insubordinados. Son parte de un patrón sistemático de abusos llevados a cabo por fuerzas de seguridad venezolanas, que hemos documentado desde 2014.
Otro asunto de especial preocupación es el sistema de salud venezolano, que esta completamente colapsado. Se están dando en Venezuela brotes de enfermedades que son prevenibles por vacunación y que habían sido erradicadas del país, como por ejemplo el sarampión o la difteria. Los casos reportados de malaria y tuberculosis también han incrementado drásticamente. Mientras tanto, existen estudios que indican que la mayoría de los hogares venezolanos tienen inseguridad alimentaria y los niveles de desnutrición infantil son alarmantemente altos. Mas de 3.4 millones de venezolanos han huido de su país. Muchos están haciendo enormes esfuerzos para reconstruir sus vidas en el extranjero, muchas veces enfrentando una xenofobia creciente.
El próximo informe de OACNUDH debería incluir una evaluación independiente y creíble que ayude a exponer estos abusos, promover que las víctimas tengan acceso a la justicia, y presionar para que entre suficiente ayuda humanitaria en el país. Para ello, la Alta Comisionada debería presionar a las autoridades venezolanas para que le permitan a su equipo acceso pleno a centros de detención, incluyendo las sedes de los servicios de inteligencia, y a todos los hospitales que decidan visitar, así como la posibilidad de entrevistar a los detenidos sin interferencia de autoridades o miembros de las fuerzas de seguridad. Los venezolanos están mirando qué ocurre en el Consejo. No les fallemos.