La alianza TalCual–Provea conversó con Giorgio Reni, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) en el estado Lara, quien señala que la paralización económica que se alertaba antes no era por factores tan complicados como el diésel y que ahora Venezuela sí podría correr ese riesgo

En los últimos años y por diversos factores, se ha venido alertando que Venezuela está cada vez más cerca de una paralización de su economía, que acumula una contracción de más de 90% desde 2013 de acuerdo con algunos analistas. Y es que razones para temer que el país se pare por completo no han faltado. Han ocurrido tantos eventos y el sector productivo nacional se ha enfrentado a tantas dificultades para operar que el riesgo de una definitiva paralización no ha dejado de estar latente.

Algunos de esos factores son la recesión, la crisis hiperinflacionaria, el colapso de los servicios públicos exacerbado luego de los apagones generales de 2019, el desplome de la actividad petrolera nacional sobre todo en 2020, la eliminación de los créditos, la escasez de insumos y materias primas nacionales, la profunda escasez de gasolina y, como si fuera poco, una pandemia con un sistema hospitalario por el suelo.

Sin embargo, esa paralización aún no ha ocurrido, pero desde inicios de 2021 se han escuchado nuevamente las advertencias sobre que Venezuela podría estar al borde de la paralización y esta vez por la falta de un insumo primordial: el diésel, el combustible que, literalmente, mueve al país.

Sin suministro de diésel se paralizan todas las unidades de transporte, que trasladan alimentos, medicinas, insumos médicos, ayudas humanitarias, materias primas importadas para la elaboración de productos en la industria y otros productos esenciales. El combustible también mueve a la población en las unidades de transporte público y pone a funcionar los equipos y maquinarias de los sectores productivos, las plantas termoeléctricas y las plantas eléctricas que han instalado hospitales, clínicas, empresas y comercios como emergencia por si ocurre una falla eléctrica.

Cortesía de BancayNegocios.com

A juicio de Giorgio Reni, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) de Lara, estado que tiene una importante actividad industrial y agropecuaria, además del centro de distribución más grande de Venezuela, señala que la paralización económica que se alertaba antes no era motivada por un factor tan complicado y transversal como el diésel.

Reni, con quien conversó la alianza TalCualProveaseñala que ahora «estamos viendo una cantidad de efectos que nos dicen que esa posible y definitiva paralización pudiera ocurrir».

-¿Cree usted que ahora, con la escasez de diésel, Venezuela realmente esté corriendo ese riesgo?

-Hasta ahora no nos habíamos enfrentado a un problema de tanta afectación como la escasez de diésel. Este es un factor transversal en todas las áreas de la economía y de la operación del país. El 80% de la carga pesada se mueve a través de gandolas que utilizan diésel. El transporte público, las máquinas generadoras de productos, las plantas eléctricas de emergencia que tan necesarias son hoy en día por los cortes eléctricos recurrentes, sobre todo en el interior del país, también utilizan diésel.

Los tractores para la preparación de las siembras, para la cosecha y para su tratamiento necesitan diésel. Los motores para poder extraer agua de los pozos profundos para regar los cultivos y para darle de beber a los rebaños funcionan con diésel.

Se está viendo en las carreteras a productores vendiendo sus artículos porque no los pueden transportar a un centro de distribución o a un centro de venta. Los venden en las carreteras para tratar de conseguir algún tipo de solución a su debacle.

Estamos viendo una cantidad de efectos que nos dicen que esa temida paralización definitiva pudiera ocurrir. Todas estas son, claramente, razones del porqué el diésel pudiera convertirse en un daño transversal muy importante para el país.

-Es decir, que sin diésel no se garantizan derechos socioeconómicos fundamentales como el derecho a la alimentación y a la salud.

-Sin duda la falta de diésel tiene efectos importantes en los derechos de la población para tener una alimentación adecuada, pues sin él no podemos sembrar, mantener los cultivos ni cosechar; tampoco cuidar el ganado. Para muchas de las actividades se requiere el diésel, para los tractores, los motores de las bombas de pozos profundos, para la elaboración de alimentos en la agroindustria, para todo, inclusive desde el punto de vista de salud para las plantas eléctricas que funcionan en las clínicas y hospitales y en todas las áreas que se necesitan hoy en día.

-¿Cómo se vive la escasez de diésel en el interior del país?

-Te puedo dar algunos casos del estado Lara. En El Tocuyo, capital del municipio Morán, hubo recientemente una espera de 145 camiones durante 16 días para poder echar lo que ellos esperaban, unos 100 litros de diésel, pero al final les dieron solamente 25 litros a cada una de estas gandolas. Como el transporte pesado es el que mueve la mayor cantidad de productos y materias primas en el país, esa cantidad de 25 litros es mínima y con eso la mayoría de ellos no pueden realizar las actividades que tenían programadas.

Los productores agropecuarios de Quíbor, capital del municipio Jiménez, no han podido darle agua a los rebaños en los abrevaderos ni regar los cultivos que tienen en estos momentos en producción porque no tienen diésel para poner a funcionar las motobombas que sacan el agua de los pozos profundos.

El municipio Crespo tiene una sola estación de servicio y los agricultores y comerciantes no han podido surtirse de diésel sino una cantidad mínima de 30 o 40 litros, los que estuvieron haciendo cola por varios días.

-¿Y cómo afectaría al resto del país que Lara se paralizara?

-Afectaría una proporción importante, por muchos motivos, no solamente por la producción agrícola sino también porque en el estado Lara hay importantes industrias y está el centro de distribución más grande del país, de productos que vienen del occidente y de Los Andes que van hacia la región central y capital de Venezuela, por lo tanto la afectación sería importante. Pero es poco probable que el estado Lara sea el único que pare por falta de combustible, ya que esto está afectando al país por completo casi que de igual manera en todos lados.

En Lara y sobre todo en Barquisimeto hay una gran variedad de empresas muy importantes. Hay cuatro centrales azucareros, tres de los cuales no están operativos en este momento por razones varias, y la última es la falta de diésel. Uno de ellos es el central La Pastora, que representa, aproximadamente, 23% de la economía del municipio Torres.

Aquí en Lara está una de las más grandes plantas procesadoras de leche del país que es Convelac. También hay grandes productores como Mondelez Venezuela, Chocolates El Rey y Procter & Gamble, que tiene la planta de fabricación de detergentes y otros rubros y su centro de distribución de Venezuela. En este estado también está el centro de distribución más grande de Venezuela de todos los productos terminados, que se llama Mercabar, el Mercado Mayorista de Alimentos de Barquisimeto.

En Lara también hay ganado, mucha agricultura de cebollas, tomates y pimentón por los lados de Jiménez. Tenemos muchos buenos cultivos de café por los lados de Duaca, en el municipio Crespo, y en otras zonas como la parroquia Anzoátegui, en Morán. En el municipio Urdaneta tenemos ganado bovino, también producción de sábila y producción para cocuy.

 -¿Y la escasez de diésel ha creado un mercado negro de este combustible como existe el de la gasolina?

-No se ha visto como en el caso de la gasolina, pero se comenta que hay mercado negro. No sabemos en cuánto se está vendiendo, pero obviamente es un monto mucho mayor porque en todo producto que escasee es donde se percibe y donde crece y funciona el mercado negro.

-¿Productores están comprando y trayendo diésel de Colombia y/o Brasil?

-Hay productores de los estados Táchira y Zulia que han solicitado al gobierno permisos para poder traer combustible de esos países, pero no se los han otorgado.