Venezuela es el noveno país con las mayores reservas de agua dulce del mundo. Pese a ello, la mayoría de los venezolanos tiene sed, el agua no llega a sus casas y la calidad es cuestionable. Como parte de la campaña #ElAguaEsUnDerechoHumano desde Provea publicamos un vídeo sobre la crisis de agua en Caracas y su impacto en la vida de los venezolanos. Promesas, mentiras y sufrimiento, un especial para denunciar esta situación y exigir soluciones. El agua es un Derecho Humano.

El material de 13 minutos cuenta con testimonios de venezolanos que a diario deben luchar para afrontar la falta de agua, las consecuencias de la falta del líquido frente a la pandemia del coronavirus, falsas promesas y más.

“Yo cargo agua desde hace 17 años atrás. Hay niños que sufren de salud porque deben cargar agua todos los días” asegura uno de los entrevistados que vive en Petare, quien señala su constante preocupación por el dramático escenario en su hogar.

Una persona necesita entre 50 y 100 litros de agua al día para que se puedan garantizar sus necesidades más básicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La escasa disponibilidad de agua potable y la deficiente gestión de los recursos hídricos, acentúan las desigualdades en Venezuela. Las poblaciones más vulnerables y en condición de pobreza son los más perjudicados.

“El agua te puede llegar a las 12 de la noche y debes aprovecharla. Cómo te acuestas a dormir si el agua llegó y no sabes cuándo vuelve a llegar” afirma otro de los entrevistados, habitante de la parroquia La Vega que debe luchar contra el estrés y el panorama de una vida sin constante servicio de agua potable.

Más del 80% de la población venezolana padece constantes interrupciones en el servicio de agua potable, desde 48 horas semanales hasta un mes o más, según datos de Hum Venezuela. Venezuela se sitúa en el cuarto lugar entre las naciones de América Latina y El Caribe, como el país en el que se registra la mayor desigualdad en el acceso al agua entre el sector más rico y el sector más pobre de la población.

En 2015 y 2016 Maduro prometió “máxima eficiencia en la gestión publica”. Desde entonces, se agudizó el deterioro de los servicios públicos como transporte; servicio eléctrico y servicios de agua potable. El colapso generalizado de los servicios públicos y las constantes interrupciones en el servicio de agua en Venezuela se siguen produciendo a pesar de los grandes recursos asignados por el Gobierno desde el 2013. 

¿A dónde va el agua?

La falta de mantenimiento de las redes de distribución de agua potable y de las conexiones domiciliarias provoca pérdidas de 5.400 litros por segundo de agua ya tratada, según Hum Venezuela.

¿Cómo protegerse?

El servicio de agua es vital en la lucha contra la pandemia del COVID-19 y las autoridades NO lo garantizan. Incrementando las vulnerabilidades de contagio, lo que hace imposible para los venezolanos cumplir las medidas de prevención que requieren agua potable e higiene.

Además, este servicio es fundamental para el disfrute de la vida y de su calidad. Las autoridades venezolanas deben proporcionar acceso continuo y suficiente de agua para la población, el agua es un derecho humano. La indolencia del Gobierno de facto de Maduro pone en mayor riesgo de salud a la población que no tiene agua para lavarse las manos y otras necesidades.

Esta situación no es nueva, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció en su en actualización oral de Sep 2020 que un 33% de las muertes por COVID-19 en Venezuela han sido del personal de salud, debido a la carencia de equipos de bioseguridad y de agua en los hospitales.

El derecho al agua implica que sea accesible, potable y suficiente.

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