Las riquezas de la región la convirtieron en un centro de desarrollo regional que no bastó para sacarla del aislamiento.
En los 70 aparecieron las minas de diamante en Guaniamo; en los 80 se promovió el desarrollo de las minas de bauxita de Los Piijiguaos; y actualmente se realiza la explotación del oro en Santa Rosalía. A pesar de eso, el pueblo de Caicara del Orinoco quedó suspendido en el tiempo con la esperanza de la construcción de un puente que actualmente tiene un 100% de paralización, debido a la desaparición de los recursos que lo debían tener listo para el 2011, y la salida del país de quienes lo ejecutaban, el grupo Odebrecht.
Como razones que han llevado al pueblo a quedar aislado del resto del país están la lejanía del pueblo, con respecto a la capital del estado; la paralización del puente que parecía ser la solución a esa situación; así como la escasez de gasolina, la cual, en los mejores tiempos, llega cada 45 días y no alcanza para surtir todos los vehículos del pueblo. Sin embargo, desde hace aproximadamente 10 años, el pueblo sufre otra situación que lo lleva al aislamiento: no tiene acceso a internet estable.
10 años han transcurrido desde lo que consideran fue el robo de la fibra óptica de Movistar en las zonas de Las Carolinas y Maripa. No hubo investigación, no hubo reparación: solo un enorme vacío comunicacional que con frecuencia deja a la gente del pueblo hasta por más de 10 días sin conectividad, pues los únicos servicios de internet que poseen son el servicio de datos de Movilnet y Cantv, ambos con grandes fallas.
Cuando falla el servicio, deben movilizarse técnicos desde Ciudad Guayana, lo que, hace que se sume la distancia con la escasez de gasolina para tener un solo resultado: un pueblo entero incomunicado.
“Es un tema bastante duro para nosotros. Actualmente estoy estudiando derecho, y la falta de conectividad nos retrasa. Debemos estudiar en las madrugadas, para aprovechar cuando hay buena conectividad. La frecuencia, la intensidad y la velocidad son casi inexistentes”, comentó Karla, una trabajadora que llegó al pueblo a trabajar en el 3er puente sobre el río Orinoco y lo convirtió en su lugar de residencia.
Los habitantes dicen que no se confían de las comunicaciones. Cuando pueden envían mensajes para que sepan que están bien o para informar de algún suceso, pero el pensar en trabajar por internet y depender del servicio, es algo que no pueden permitirse
Videoconferencias, trabajo remoto y clases virtuales, son mecanismos digitales que han sido una alternativa en tiempos de la pandemia por la enfermedad del covid-19 para Venezuela y el mundo, sin embargo, en Caicara del Orinoco, no son ni siquiera considerables.
“Aquí pasamos hasta 10 días sin saber qué pasa fuera de Caicara. Ya uno se acostumbró y no se estresa, porque sabe que no puede hacer nada; solo se busca aprovechar cuando hay”, dijo una joven del pueblo.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio del municipio Cedeño, Franklin Di Benedetto, resaltó lo que representan las fallas para los comerciantes, pues dificulta el uso de los puntos de venta, especialmente los que funcionan directamente con Aba, una situación que los relega únicamente a los pagos en efectivo, en dólares o, en algunos casos, en oro.
“Yo pago aproximadamente 15 dólares por una velocidad de conexión a internet de 10 megas, pero realmente recibo una de 2. Si aquí llegaran compañías privadas, serían una alternativa; yo como comerciante preferiría pagar 15 dólares por un servicio que funcione realmente, y no me deje 10 días sin conexión, como es el caso actualmente”.
La conectividad en Venezuela
En pleno 2021, es un hecho la trascendencia que representa el internet para el desarrollo sostenible de las personas, sin embargo, Venezuela tiene un gran atraso en reconocer esta realidad, con un 65,5% de la población sin acceso a internet en el hogar, y al 34,5% restante, con fallas en el servicio.
Mientras el promedio de velocidad de descarga mundial es de 96,43 Mbps, en Venezuela apenas 1,8% de las conexiones son mayores a 40 Mbps y la velocidad promedio es de 9,72 Mbps, gracias a la integración de servicios privados, porque Cantv, empresa nacionalizada en el 2007 que controló el mercado de telecomunicaciones durante los últimos años, tiene una velocidad de 2.2 Mbps.
Finalmente, estudios han demostrado la correlación entre los ingresos y el uso de servicios de telecomunicaciones. El salario básico en Venezuela está establecido en 2,4 dólares mensuales, y los salarios en el sector público llegan en promedio a los 30 dólares. En el sector privado, según el Observatorio Venezolano de Finanzas, la media del salario de los obreros es de 53 dólares; el de profesionales y técnicos es de alrededor de 100 dólares; y un cargo gerencial ronda los 216 dólares.
En este contexto, los servicios de telecomunicaciones, que ofrecen planes de 2 dólares hasta los 65 dólares, sin contar gastos de instalación, demuestran no ser accesibles cuando el 76,6% de su población vive con menos de 1,2 dólares al día.
Camila González para Prensa Provea (CC)