Prensa Codehciu.- Nelson Carpio Guarisma fue víctima de desaparición forzada el 17 de noviembre de 2015, en San Félix, en el estado Bolívar. El caso del joven sigue sin mucho desarrollo y devela numerosas arbitrariedades y violaciones a los derechos humanos. Luego de 5 años de lucha, el silencio de las autoridades continúa perjudicando la esperanza de los familiares del joven, pero estos no detienen la exigencia de justicia.
Nelson tenía 17 años cuando salió de su casa, en San José de Chirica, la mañana de 17 de noviembre de 2015, en una bicicleta prestada. Testigos contaron que una patrulla de la Policía del Estado Bolívar (PEB), con 4 funcionarios que le pidieron su documento de identidad, lo detuvo. El joven no se resistió, pero fue golpeado por los policías y obligado a entrar al vehículo. Y fue lo último que se supo de él.
La Comisión para Los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu) acompañó a los padres del adolescente, Nelson Carpio y Eladia Guarisma, en la exigencia de una investigación imparcial y eficaz, mediante campañas de difusión y asesorías jurídicas. En 2015 las autoridades detuvieron a 4 personas presuntamente implicadas en la desaparición forzada del adolescente, y aproximadamente tres meses después se introdujo un Habeas Corpus ante el Tribunal primero de Control del Circuito Judicial Penal del estado Bolívar.
Los familiares también acudieron, luego de la desaparición, al Centro de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), y además al Ministerio Público para denunciar.
Según información de Codehciu, en febrero de 2017 la exdirectora del Centro de Coordinación Policial Francisca Duarte, en San Félix, Yerania Vargas, fue arrestada como cómplice de desaparición forzada de persona y agavillamiento. Pero actualmente no está privada de libertad.
El caso sigue estancado, pero continúa la angustia de los familiares.
5 años de silencio
Actualmente han sido liberados 2 de los 4 presuntos funcionarios implicados en el caso.
A Eladia y Nelson solo les queda esperar y continuar la exigencia por justicia. La emergencia humanitaria compleja, añadida a la pandemia por Covid-19, los ha dejado con pocas opciones económicas para su familia, ya que ha mermado el negocio de venta de aceites para vehículos debido al complicado contexto, e incluso por sus pensamientos llegó la idea de irse del país, pero se niegan: no quieren abandonar el caso de su hijo.
Añoran el regreso de Nelson. O, por lo menos, buscan entender qué pasó. Los implicados aún no hablan ni cuentan la verdad, y el caso, como admiten ambos padres, parece paralizado en el tiempo.
Aún conservan las pancartas que desde el 2015 usan para salir a exigir al Estado venezolano las respuestas que necesitan escuchar como padres. Se llenan de polvo por el tiempo, pero las sacan con convicción cuando es necesario.
“Nosotros como padres de Nelson Carpio, desaparecido hace 5 años, le pedimos al Estado y a todos los organismos que nos ayuden a conseguir la justicia. Queremos justicia, queremos saber dónde está. Queremos saber qué pasó. Estoy triste, porque recordamos a nuestro muchacho diariamente”, se lamenta Nelson Carpio, padre, en una reciente entrevista para Codehciu.
La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, en su artículo 2 la define como “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”.
El mismo documento, en el artículo 12, consagra que los organismos del Estado deben proceder, sin demora, a realizar una investigación imparcial y exhaustiva de cualquier caso de desaparición forzada, además de asegurar la protección del denunciante, los testigos y los allegados de la persona desaparecida.
La vida de la familia Carpio-Guarisma no volvió a ser la misma. La sombra de la desaparición de su hijo ha dejado secuelas emocionales en cada uno. Eladia, la madre, aún sueña con él, después de 5 años de esa mañana del 17 de noviembre en la que le habló por última vez al adolescente.
“Yo como mamá, le exijo justicia a los organismos competentes que tienen el caso de mi hijo. Hago un llamado a esas personas (los implicados) que por lo menos digan cuál es el paradero de mi hijo. Nadie se va a escapar de la justicia de Dios. Ya hace 5 años que esos policías lo desaparecieron, y yo sigo en pie de lucha. Buscando una respuesta, buscando que mi hijo aparezca”, cuenta Eladia Guarisma, junto a su esposo, en su casa en San José de Chirica.
Entre otros detalles del caso: en 2018 los familiares y Codehciu denunciaron impunidad luego del que El juez del Tribunal 1º, de Control del Circuito Judicial Penal, extensión Bolívar, otorgara medida de arresto domiciliario a uno de los imputados por supuestos dolores en una pierna. Una medida que violaba el Código Orgánico Procesal Penal, que en su artículo 491 consagra que procede la libertad condicional en caso de que el penado padezca de una enfermedad grave o en fase terminal. La libertad condicional fue revocada ese año.
La familia de Nelson Carpio vive otro año de ausencia. Ahogados por las carencias en su hogar y sin noticias de su hijo. Han pasado 5 años de dolores, pesadillas, y arbitrariedades que solo evidencian más violaciones a sus derechos. Pero la búsqueda de justicia los fortalece.