El párroco de la iglesia San Alberto Hurtado, Alfredo Infante, señala que las políticas del Estado no han sido integrales y por lo tanto no han dado resultado. Asegura que en los sucesos ocurridos en La Vega el pasado ocho de enero murieron muchos inocentes y que es lamentable que ni la Fiscalía ni la Defensoría del Pueblo se hayan pronunciado oportunamente
En la tarde del viernes ocho de enero, cuando todo parecía indicar que se iniciaría un fin de semana normal enmarcado en las restricciones de la cuarentena radical por la covid-19, los habitantes de La Vega sorpresivamente se vieron en el medio de un enfrentamiento armado que arrojó víctimas de un solo lado de los presuntos combatientes, y que pronto se sabría sumiría en el luto a varias familias de la zona, pues balas perdidas alcanzaron a vecinos que no tenían nada que ver con la operación. El resultado fue de 23 personas asesinadas, saldo que ha llevado a varias organizaciones de DDHH, entre ellas a Provea, a calificar de masacre el hecho.
Ese día, efectivos de las temidas Fuerzas de Acciones Especiales irrumpieron en la parte baja de La Vega, la populosa zona ubicada al sur de Caracas, aparentemente para enfrentar a algunos elementos armados que estaban en la localidad. Por varias horas los habitantes de la parroquia vivieron el horror de estar en medio de una balacera, varios vecinos vieron cómo los vidrios de las ventanas de sus casas fueron destrozadas por los disparos.
Días antes, algunos vecinos habían reportado por las redes sociales la presencia de elementos armados, supuestamente vinculados a bandas de una zona adyacente a La Vega: la Cota 905. Fue la excusa para la acción de las FAES, en una operación que devuelve a la situación de las anteriores “Operaciones de Liberación del Pueblo”, donde caían abatidos supuestos delincuentes, pero sin que se llegara a corroborar que las víctimas eran tales, pues no había habido juicio y en muchos casos no tenían antecedentes penales, todo ello con el agravante de que en Venezuela no existe la pena de muerte.
Padre Alfredo Infante asegura que la situación se debe a políticas públicas equivocadas
El padre Alfredo Infante, quien ha dedicado su labor pastoral a la acción social en La Vega, donde es párroco de la parroquia San Alberto Hurtado, ubicada en la parte alta de la zona, lamentó profundamente la tragedia ocurrida, pero señala que la situación es producto de unas políticas públicas equivocadas en materia de seguridad, que han permitido que grupos particulares se apropien de territorios no solo de Caracas, sino del interior del país.
“Lo que pasa en La Vega no es una excepción, es algo que está pasando en el país, producto de una serie de políticas de Estado, que no sé cuántas van, son más de 20, que no son integrales, sino fundamentalmente represivas; y es conocido que la represión no es la vía para restaurar o restablecer el orden, sino que es importante apostar por la educación, la cultura, el deporte, para que niños y jóvenes puedan crecer en espacios seguros, además de que haya empleo, así que hace falta un restablecimiento de la institucionalidad del país”, expresó el sacerdote jesuita.
Afirmó que lo ocurrido llena de luto a muchas familias de La Vega, pero considera que también tiene su impacto en el resto de la población, que vive situaciones similares y que están desasistidas en cuanto a seguridad ciudadana se refiere.
“Tiene que quedar muy claro que el ciudadano común de La Vega desea convivir en paz, tener trabajo y educación y hay mucha gente trabajando en eso. Lamentablemente, en medio de tanta adversidad se vuelve más cuesta arriba llevar a cabo esos propósitos. Hay un gran dolor, un luto, hay miedos, especialmente en la población juvenil, de las madres hacia los jóvenes, hay aprehensión, porque ellos son objetivos en este tipo de situaciones, por parte del Estado porque los ve como delincuentes, y de los otros (las bandas de delincuentes) que los ven como un capital humano para sus organizaciones”, detalló el párroco, quien ha estado por varios años al frente de programas de comedores populares y deportivos en la zona.
Señaló el padre Alfredo Infante que, a pocos días de la “masacre” ya se va conociendo que muchas de las víctimas de esta tragedia son inocentes, y que no tenían ninguna vinculación con los actores armados.
La Vega tiene una etiqueta de violencia, pero es mucho más, dice el padre Alfredo Infante
“Es importante resaltar, que quede claro, -aseveró el sacerdote- que la Vega es un lugar con una tradición de organización comunitaria muy importante en Caracas. No es solo un campo de batalla entre fuerzas públicas del Estado y las bandas”, enfatizó el sacerdote durante la entrevista en la que habló de la «riqueza humana que existe en la populosa zona».
“Lamentablemente, en el imaginario venezolano, especialmente en el imaginario de la ciudad hacia los barrios, hay como una etiqueta de violencia, hay que decir que no son solo violencia. Lo otro es mucho más grande pero no tiene gran resonancia”, aseveró.
Señaló el sacerdote, que es alarmante que una población civil quede atrapada en medio de un campo de batalla en una zona con una importante densidad poblacional, algo que por lo demás constituye una violación a los DDHH.
“En cualquier conflicto de carácter armado se tiene que resguardar a la población civil, que es vulnerable y está desamparada y ante un fuego cruzado mucho más”, expresó.
Es preocupante el silencio de las autoridades
A juicio del padre Alfredo Infante, es muy preocupante que los organismos competentes, como la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo hasta el momento (tarde del jueves 14 de enero) no tengan una palabra pública sobre lo sucedido.
“Hasta ayer (miércoles 13 de enero) se contaban 23 muertos y dentro de ellos se sabe que hay gente de distintas edades que no estaban vinculados a ninguno de los actores. Ante eso, el Fiscal ni el Defensor General de la República no tienen una palabra hacia los familiares, hacia las comunidades, cuando como poderes que tienen que estar resguardando la vida de las personas y que los operativos se hagan con el debido proceso», señaló el padre Alfredo Infante.
En su opinión, hay muchas cosas que investigar en relación a la masacre, por lo que pide que se trabaje para que salga a relucir la verdad, y para que haya justicia y reparación a las familias.
Malestar continuado
-En la parroquia La Vega hubo varias protestas al final del año 2020 y los primeros días de 2021. ¿Cuál es la situación que se está viviendo allí?
-Como en todo el país hay un colapso grave de los servicios públicos. A finales del año 2020 y la primera semana 2021, todos los sectores de La Vega estuvieron en protesta. Están los registros de prensa de los portales virtuales que las cubrieron. Fueron por agua potable, ya que hay sectores que duran hasta un mes sin agua, y es un tema serio; el otro problema es el del gas, no hay acceso al gas para cocinar y eso pone en desventaja a la población porque colapsa la vida cotidiana. Se han ido deforestando los espacios verdes por el tema de la leña y por el acceso a la alimentación. Hay gente que ha tenido que estar sembrando para poder alimentarse.
Asegura el padre Alfredo Infante que toda esa situación ha generado mucho malestar, por lo que la gente se ha ido organizando y realizando manifestaciones. “En los primeros momentos las autoridades respondieron a las demandas. Pero los sucesos ocurren luego de las protestas. Uno se pregunta qué hay detrás de todo eso”, advirtió.
-¿Qué versiones maneja de presencia sectores armados?
-Las de los vecinos, que las iban transmitiendo por Whatsapp. Hubo una presencia importante de grupos armados, por eso para mí es doloroso que la población civil se tome como un campo de batalla. El resultado es que la seguridad del Estado actúa supuestamente para enfrentar una banda delictiva que viene generando zozobra en la zona, desplazando a familias de policías, según comentan los propios vecinos. Lo preocupante es que, en medio de la confrontación, hay mucha gente inocente que muere. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie.
“Se deben evitar tragedias humanas, lo lamentable es que, al parecer, lo que hay que investigar, se saque provecho de la situación. Hay casos de jóvenes que se dice que fueron sacados de sus casas, y otros que son inocentes aparecieron muertos”, apuntó.
-¿Cómo ha sido la presencia de los funcionarios de seguridad en la zona en los últimos tiempos?
-Ha habido presencia en puntos clave, como en la redoma de La India y en la parte de Las Torres, y se han producido operativos intermedios. En algunas ocasiones ha habido entradas imponentes de la Policía, pero eso es bastante ocasional. La presencia de la policía ha sido más bien pidiéndole a los comerciantes comida, dinero, dado que al parecer el salario de los policías es deficiente. Excepto cuando se han hecho protestas, que llega la policía con sus motorizados, muchas veces sin intención de reprimir. Sin embargo, como en este hecho, ha habido incursiones fuertes, sobre todo cuando llegan las FAES.
Para una reconciliación no basta con una declaración
-El presidente de la Asamblea Nacional de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, habló de la búsqueda de un entendimiento, de una reconciliación. ¿Cree eso posible, y qué cree que hace falta para lograrlo?
-Una reconciliación no puede ser algo como un saludo a la bandera. La reconciliación tiene que estar fundada en la justicia y en la verdad. Yo no puedo avalar una reconciliación de cementerios, cuando están muriendo niños de hambre, hay tanta gente sin empleo, cuando los docentes están con la vida quebrada y se está erosionando toda la educación del país. Una reconciliación pasa por la propuesta del restablecimiento de la institucionalidad. Tiene que haber signos de esa voluntad de reconciliación. No basta con una declaración, mientras se están persiguiendo las ONG, sucede lo de la tragedia en La Vega, o cuando los docentes celebran su día, cuando su salario no le da para un día de comida.
“Un gobierno que llama a la reconciliación -abundó- ¿lo hace a la reconciliación o a la resignación? Son dos cosas muy distintas, concilio significa encuentro, re es volver, es necesario que los venezolanos nos reencontremos, pero ese reencuentro no puede estar fundado en la resignación, sino que tiene que haber voluntad política. Tiene que haber hechos que demuestren que se quiere que el país se recomponga, se restituya, se reencuentre, mientras haces una declarativa en la AN de reconciliación, por otro lado en un programa televisivo, están señalando organizaciones que están trabajando en el ámbito humanitario o de DDHH, entonces ahí está la mentira de la propuesta”, expresó el padre Alfredo Infante.
Acotó que, cuando alguien quiere reconciliación, da señales de esa voluntad, y que de lo contrario lo que se plantea es que el otro se resigne a como están las cosas. “Para que haya mutuo reconocimiento debe haber signos claros de que las partes se proponen restablecer la institucionalidad para que haya vida”, sostuvo.
Censura busca la hegemonía comunicacional
-Además de la operación en La Vega, el Ejecutivo tomó acciones contra algunos medios de comunicación, como el canal VPI TV al que le confiscaron sus equipos, también al diario Panorama, cuya sede fue clausurado por varios días y ataques cibernéticos a otros portales web como TalCual
-Está claro desde aquella declaración de Andrés Izarra cuando era ministro de comunicaciones. Se busca la hegemonía comunicacional, es una aplanadora que ha venido sacando del medio a los canales que se resisten a su propuesta, sacando y persiguiendo a medios y periodistas. Es una dinámica constante. Este año se está profundizando con los pocos espacios que quedan, con los medios más alternativos de información y acceso a la información de la gente. Se busca una sola versión de la realidad que complazca los intereses del poder, por eso creo que esa declaratoria de reconciliación es un cumplido, pero no pareciera un acto real, evidente, porque está en este contexto de ejecución. Así como se fue desarticulando a los partidos políticos, ahora pareciera que la nueva agenda del poder tiene esa direccionalidad.
-¿Qué acciones deberían tomarse desde el Estado ante lo ocurrido en La Vega?
-Tanto la Fiscalía como la Defensoría deben asumir su responsabilidad, que se investigue y se haga justicia, verdad, justicia, reparación, para evitar la repetición. Si sucede algo así tan trágico, lo primero como sociedad que tenemos que exigir es que se investigue para que haya la verdad. Una vez que se conoce la verdad, que haya justicia, que los responsables sean enjuiciados y que las víctimas tengan reparación por parte del Estado.
“Sabemos que la muerte de un ser querido, independientemente de su condición, no va a ser restituida, pero hay proceso de reparación, y todo esto conduce a que no haya repetición. Al profundizarse la impunidad, la población se va a sentir más desamparada y el desamparo es estar a la merced de cualquiera que ejerza el poder arbitrariamente; es muy importante ese hecho», sostuvo el sacerdote.
El párroco culminó haciendo énfasis en que La Vega es una mina de humanidad. «Hay mucha gente con talento que sueña con espacios para sus hijos, hay un serie de iniciativas positivas que nada ni nadie va a apagar y que van a salir fortaleciéndose”, expresó, para finalmente enviar sus profundas condolencias a las familias que salieron afectadas.
Alianza Tal Cual – Provea