Su derrota, sus resultados y los retos para las organizaciones sociales. 

Este es un primer documento del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA) que tiene como propósito estimular  un proceso de debate en el seno de las organizaciones sociales sobre lo que caracterizamos como la primera Rebelión Popular del siglo XXI, ocurrida entre los meses de abril a julio de 2017 y sus resultados.

Como parte del conjunto de iniciativas sociales y de derechos humanos del país, consideramos necesario hacer un balance de los aciertos y desaciertos de la rebelión popular de 2017, con la intención de promover el aprendizaje colectivo para continuar la lucha por la restitución de la democracia en Venezuela mediante el ejercicio del derecho a la reunión y manifestación pacífica, y la exigibilidad de los derechos para todas y todos.

En un documento elaborado en el mes de mayo de 2017 Provea hizo una caracterización de la rebelión popular, señalando los aspectos en nuestro opinión más relevantes de la movilización: protesta continua en todos los estados del país; participación de variados sectores de la sociedad; movilización intergeneracional en la que adultos mayores y jóvenes mostraban la misma indignación; un movimiento masivo y extendido de protesta que usó la No Violencia como estrategia fundamental; los manifestantes desarrollaron estrategias que le dieron a la rebelión popular sus particularidades, generando símbolos de resistencia pacífica que le dieron la vuelta al mundo; tuvo un liderazgo compartido entre la gente y los actores políticos, principalmente la Mesa de la Unidad Democrática, representada en los diputados y diputadas más jóvenes de la Asamblea Nacional; a diferencia de generaciones de activistas anteriores, cuyos modelos provenían mayoritariamente de la izquierda marxista, la presente generación de jóvenes activistas que participaron en la Rebelión tuvo como referentes la cultura digital, los vídeo juegos, las novelas gráficas, series de televisión y películas, así como referentes sociales más recientes como la primavera árabe y las propias protestas del 2014; ante la hegemonía comunicacional y la censura, la indignación de las multitudes construyó sus propios canales de información, divulgación y convocatorias mediante el uso intensivo de redes sociales y mecanismos de auto regulación de contenidos, los manifestantes se mantuvieron alta y rápidamente informados; la rebelión de abril-julio de 2017 fue un movimiento de protesta masiva que tenía propuestas, objetivos e importantes niveles de coordinación nacional, una de sus características fue el desafío a la represión y la irreverencia ante las reiteradas amenazas; ante la rebelión el gobierno respondió consolidando patrones represivos registrados en anteriores ciclos de protesta, y aumentando la crueldad en la represión.

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Rebelión Popular