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Marino Alvarado

Abogado, Coordinador de Exigibilidad Legal de Provea.

Marino Alvarado │Maduro y su cúpula se ufanaba de garantizar uno de los salarios más altos de América latina. De manera tramposa calculaban el salario mínimo al cambio dólar de las importaciones las cuales era menos de 10 dólares. No lo calculaban al cambio real que imponía la dinámica económica.

Cuando se vieron forzados a sincerar la tasa de cambio oficial que en la actualidad en muchas ocasiones más alta a las “paginas controladas por el imperio” se evidenció la realidad de millones de trabajadores y de pensionados en Venezuela.

Al cambio oficial de 193.494 BsF el salario mínimo más el bono equivalente los dos a 800.000 Bs nos indica que hoy el salario de un trabajador es igual a 4,1 dólares. Es decir, el salario diario es de 0.13 dólares. El Banco Mundial ha establecido que una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando su ingreso diario es menor a 1.9 dólares.

La pensión de casi cinco millones de adultos mayores es de 400.000 Bs es decir de 2,06 dólares, es decir, 0,06 dólares diarios.

Para “combatir la inflación” Maduro y su cúpula impusieron unos precios acordados de 27 productos considerados básicos para la dieta. La suma de esos productos equivale a 40 dólares. Solo el kilo de queso duro equivalía para el 7 de mayo cuando fueron publicados a 2.50 dólares, es decir, más que la pensión mensual de un trabajador de un trabajador.

Estos datos nos llevan a la conclusión que pensionados y trabajadores con ingreso mínimo en el país están en situación de pobreza extrema. Sometidos además a escasez de agua, apagones casi diarios y prolongados, con problemas para acceder al gas doméstico y con dificultades económicas para garantizar sus alimentos, vestido, calzado y medicinas.

El “Reporte Global sobre Crisis Alimentarias – 2020”, publicado en abril de este año por la “Red Global contra las Crisis alimentarias” y la “Red de Información sobre Seguridad Alimentaria”, y en el que participó el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de Naciones Unidas -bajo invitación del gobierno de Maduro-; indicó que 2,3 millones de venezolanos durante 2019 padecieron de inseguridad alimentaria severa lo cual significa según el estudio que una persona se quedó sin dinero y no comió durante todo un día, varias veces en un año.

Entre 2012 y 2017 Venezuela cayó dieciséis puestos en el índice global de Desarrollo Humano (IDH), según reveló en septiembre de 2018 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe correspondiente a la data levantada hasta el año 2017.

Venezuela se situó en el puesto 78 de 189 países analizados por el organismo, y en 8º lugar entre los países de América Latina, en una lista liderada por Chile con el índice más alto de la región, y que cerró Haití -en el puesto 168 global-, con el IDH más bajo del continente. El informe del PNUD advirtió que el retroceso experimentado por Venezuela es uno de los mayores en el indicador el cual refleja los logros nacionales en materia de salud, educación y nivel de ingresos. “Solo Siria, Libia y Yemen, tres países con prolongados conflictos, han perdido más puestos” alertó el organismo.

Con el gobierno de facto de Maduro no hay ninguna posibilidad de salir de la pobreza. Ya vemos como prometió convertir a Venezuela en una potencia económica y el resultado real es la destrucción del aparato productivo.

Celebra que llegue gasolina de Irán, cuando debería darle vergüenza que se haya deteriorado a tal nivel la industria petrolera venezolana que no produce gasolina para bastecer al país. Esa es la verdadera obra de Maduro: Millones sometidos al hambre y la destrucción del aparato productivo.

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