ACERCA DEL AUTOR:
Gioconda Espina
Conocí a Susana Reina, fundadora de la organización con este nombre, por las RRSS que maneja de maravilla; luego personalmente, cuando me convocó junto a 11 feministas más que activamos en distintas épocas desde 1958 y con las que armó el calendario 2019 que se me quedó colgado en la puerta del consultorio cuando la OMS ordenó ¡Quedarse en casa!, aunque poco importó porque Susana lo reenvió por todas las redes y todas sus listas de mujeres dentro y fuera de Venezuela.
Porque este ha sido otro de sus méritos: desde el comienzo estableció contacto directo con las feministas de América Latina y España, de manera que es la primera que se entera de las campañas iniciadas en otros países y las replica por las RRSS.
Lo he dicho muchas veces y lo repito. El feminismo venezolano hace tiempo tiene nuevas caras, muy activas y con mayor alcance de transmisión que la tuvimos nosotras, gracias a las RRSS y, desde 2020, al Zoom y otras plataformas.
Algunas asisten personalmente a las mujeres en materia de violencia y derechos sexuales y reproductivos (AVESA, Plafam, Alaplaf, CEPAZ, Tinta Violeta, etc). Otras están en la calle por algunas reivindicaciones específicas (Comadres Púrpuras, Mujeres en Lucha, etc). Otras activan en los teclados y programas de radio y TV, transmitiendo el mensaje y aquí—en primera fila—está Feminismo Inc, que diariamente se comunica por las RRSS, actualiza una web donde se pueden leer todos los artículos publicados, envía a sus reporteras (Adriana Muñoz y otras) a todos los eventos callejeros que se organicen unitariamente, edita el calendario anual y ahora edita libros.
Que Susana haya llegado tan rápido y tan lejos como activista no sorprende cuando sabemos que recién graduada como psicóloga en la UCAB, esta caraqueña fan de Los Leones se fue a Maracaibo a organizar allá la Fundación José Félix Ribas, adscrita entonces al Ministerio de Familia y que, luego, trabajó en la gobernación del Zulia. Luego dejó la administración pública y pasó a la empresa privada. Cuando la conocí ya trabajaba en una gran empresa de seguros. De ahí la ironía del INC, que nos remite al Incorporated que se agrega a los nombres de las empresas. Poco a poco Susana fue pasando de leer sobre feministas a descubrirse ella misma como tal y dar un paso adelante y fundar su organización.
Me ha enviado su primer libro, en la que la palabra INC ha sido resignificada como INCluidas, INContenibles, INCorporadas, INCómodas… El título es Incomodar para transformar (Grupo Editorial Letrame, 2021), una colección de las crónicas que ha escrito desde 2015 hasta el 2021, presentadas cronológicamente, pero agrupadas por temas en un índice.
Laura Lecuona, feminista mexicana, que lo prologa, tiene razón: es su estilo coloquial y con tanta gracia lo que facilita y atrapa a los y las lectoras hasta concluir cada texto, muchas veces sobre temas espinosos, como aborto, vientres de alquiler, prostitución, violencia contra las mujeres, lenguaje inclusivo o paridad en las listas electorales y en todos los paneles de discusión que se organicen (uno de sus esfuerzos actuales). Una muestra de su estilo es cómo presenta el tema del lenguaje inclusivo a partir de una experiencia personal, cuando una amiga le pregunta “¿Se puede decir gerenta?… Claro que sí… Pero es que se oye como raro… ¿y sirvienta? ¿Eso no te suena raro? Si sirvienta es tan normal ¿Por qué no debería serlo gerenta, miembra, ingeniera, vicepresidenta?”. Al diálogo sigue la posición de Susana: insistir en el lenguaje inclusivo no es una necedad sino “una pelea de primer orden (porque) las palabras tienen poder. (Cuando) hablas haces. (Las) palabras crean mundos. Empoderan o desempoderan” (Ibíd.: 100).
Como feminista y buena lectora que labora en el medio empresarial uno de los temas que más trabaja es el de los términos al uso y nos los explica, siempre señalando lo que está detrás de ellos: la desigualdad en la educación de niños y niñas y, por tanto, del acceso a trabajos bien remunerados, lo cual se traduce en la imposibilidad de la mayoría de las mujeres para conciliar trabajo y familia.
Las nociones techo de cristal (que nos impone el patrono), escalón roto (en la escalera), suelo pegajoso (para hacer carrera), techo de cemento (que inhibe la aspiración de las propias mujeres), mansplaining (“lo que ella quiere decir es que”) …resiliencia (del machismo), backlash (retroceso del feminismo después de un gran avance) y muchos otros.
Uno que me encantó fue el de precipicio de cristal al que la mayoría masculina de cualquier organización política o empresarial lanza a las mujeres en una situación de crisis grave, porque saben que en las crisis las mujeres se crecen y suelen triunfar; pero si fracasan siempre quedará la excusa de decir que el fracaso se debe a sus incapacidades “innatas” por ser mujeres.
No sé por qué pensé de inmediato en las 3 mujeres que los hombres de la AN 2015 nombraron en la dirección después de cesar (con toda razón, dicho sea de paso) al supuesto “gobierno interino”. Ellas tendrán que dar cuenta de Monómeros, CITGO y el dineral recibido por concepto de ayuda internacional de los países que recocieron al “interinato”. Si lo logran bien. Si fracasan …será porque son mujeres.