ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Patiño
Abogado defensor de Derechos Humanos. Coordinador de Exigibilidad en DESC de Provea.
Carlos Patiño |
“¡Tú me estás dando mala vida!”
Mala vida; MANO NEGRA
“Aquí todo va de mal en peor”
Es que somos muy pobres, JUAN RULFO
Como en Las mil y una noches, los cuentos de la “revolución bolivariana” son mentiras que se enlazan una tras otra en una espiral de ofertas engañosas en procura de la supervivencia diaria. La diferencia estriba en que en la época de Sherezade, el registro de falsedades no estaba al alcance de un clic, lo que le permitió a la mujer aplacar la furia del Sultán hasta lograr el perdón de su condena. En cambio, la más mediática de las revoluciones registra su galería de promesas rotas sin pudor ni atenuantes.
En el año 2012, el fallecido Hugo Chávez aseguraba: “con las grandes misiones, Venezuela logrará pobreza cero. Antes que finalice el 2019, en Venezuela habrá miseria cero y pobreza cero.” La realidad es que ahora somos más pobres y las misiones prácticamente han desaparecido, limitándose a la entrega de cajas CLAP. Basta con detenerse en una calle cercana a algún supermercado para ver adultos, niños y ancianos comiendo desperdicios de las bolsas de basura.
En palabras textuales de Chávez, antes de su llegada al poder millones de niños y niñas morían de hambre y la pobreza general estaba cerca del 50%. Su gobierno la había reducido a un 27%. Sin embargo, según la recién presentada Encuesta Condiciones de Vida en Venezuela (ENCOVI), elaborada por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar, la pobreza alcanzó el 87% en 2017; es decir, aumentó 60% en apenas un lustro; porcentaje incluso mayor al 50% que encontró el máximo líder de la revolución en 1998.
Otro dato revelador de la caída libre en el foso de la miseria la ofrecen las cifras de inflación del mismo período. De acuerdo al Informe Anual de Provea, los índices de inflación en el 2012 equivalían al 20,1%. Cinco años después, la Asamblea Nacional ubicó la inflación, devenida en hiperinflación, en 2.616%. Y según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), por primera vez en 60 años un salario mínimo mensual es inferior al mínimo requerido por día para una familia alimentarse. Una familia venezolana requiere de 51 salarios mínimos solo para cubrir sus gastos básicos en alimentación.
Estos datos revelan que el Estado venezolano incurre en graves violaciones de derechos económicos y sociales básicos para una vida digna. La pobreza está reconocida por Naciones Unidas como un estado general de violación a los derechos humanos. Un fenómeno multidimensional que comprende la falta de ingresos y de capacidades básicas para vivir con dignidad.
El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios. El falso gobierno humanista de Nicolás Maduro perdió el fuelle de su narrativa progresista y cada día está más al descubierto ante el pueblo y el mundo como lo que es: una dictadura que viola derechos humanos. Y hasta los cuentos más largos, cuando ya no tienen mucho que decir, llegan en algún punto a su inevitable fin.
ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Patiño
Abogado defensor de Derechos Humanos. Coordinador de Exigibilidad en DESC de Provea.