ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.
Carlos Nieto | Lamentablemente en Venezuela no hemos tenido éxito con la Defensoría del Pueblo, un organismo creado en la Constitución Nacional aprobada en 1999 que debe velar por el respeto a los derechos humanos de todos los que aquí vivimos. Solo la Dr. Dilia Parra que fue nuestra primera Defensora del Pueblo se salva de la larga lista de desaciertos que a lo largo de 17 años hemos tenido en esta institución.
Para medir el éxito del trabajo de la Defensoría del Pueblo bastaría revisar la situación de los derechos humanos en Venezuela y ver qué ha hecho este organismo del Estado cuya función principal es velar y defender estos derechos. Sin dudas con lo grave de la crisis del país, este organismo no le alcanzaría el tiempo para atender todos los problemas que vivimos los ciudadanos, pues su trabajo es precisamente este, lamentablemente no es así y vemos la opacidad de esta institución ante graves problemas que se viven en el país, como por ejemplo la situación de las cárceles, de los presos políticos, del retardo procesal, la inseguridad, escasez de alimentos y un sin fin de situaciones que se escapan de mi memoria en este momento.
Con la llegada de Tarek William Saab a la Defensoría del Pueblo, muchos pensábamos que se iba a dar un resurgimiento de esa institución, pues el nuevo defensor, había participado en el movimiento de derechos humanos en los años 80 y 90, además conocía del tema y el trabajo de las organizaciones que hacemos vida en Venezuela, inclusive a los pocos días de su nombramiento convocó a un nutrido grupo de organizaciones no gubernamentales y prometió trabajar conjuntamente, crear mesas de trabajo y todas esas cosas que se ofrecen cuando se inicia una gestión.
Lamentablemente, al menos en mi caso, tengo que aceptar que me equivoque y nada de lo ofrecido se ha cumplido, no hubo mesas de trabajo, ni encuentros posteriores y aquella reunión de enero de 2015 quedó en el baúl de los recuerdos, está nueva gestión de la Defensoría del Pueblo, ha sido más de lo mismo, solo defiende al gobierno y sus adeptos, el pueblo se circunscribió solo a los que llevan camisas rojas.
En días recientes el Subcomité de Acreditación de la Alianza Global de las Instituciones Nacionales para la Promoción y la Protección de los Derechos Humanos (GANHRI), organización que agrupa a las diferentes defensorías del pueblo del mundo y que se encarga de calificar las actuaciones de estas instituciones y ubicarlas en el nivel que les corresponda según su actuación, niveles que comprenden tres categorías “A”, “B” y “C”, decidió luego de una revisión exhaustiva del trabajo hecho por la Defensoría del Pueblo de Venezuela, recomendar que fuera degradada de categoría y ubicada en el tipo “B” y no en la “A” como esta en la actualidad.
Según el informe presentado “El Subcomité es de la opinión de que la Defensoría del Pueblo no ha hablado alto y claro sobre las principales cuestiones de derechos humanos”. Y cita algunos puntos importantes como: La situación de estado de excepción y la deportación de colombianos en la frontera entre Venezuela y Colombia sin pronunciamiento de la Defensoría del Pueblo; El caso de Lorent Saleh y Gabriel Valles, donde el Subcomité manifiesta su preocupación porque la Defensoría del Pueblo esté adoptando las medidas adecuadas en relación con las denuncias que se le presentan; igualmente en lo referente a la cooperación con la sociedad civil, dijo: “Si bien la Defensoría del Pueblo ha indicado que se reúne habitualmente con las organizaciones de la sociedad civil, el Subcomité ha recibido un informe de diferentes organizaciones de la sociedad civil dignas de crédito en el que explican que ha habido poca cooperación significativa y que la Defensoría del Pueblo no está preparada para abordar sus preocupaciones”; termino refiriéndose a los ataques a los defensores de los derechos humanos lo siguiente: “Aunque la Defensoría del Pueblo ha proporcionado información sobre sus actividades en relación con la protección de los defensores de los derechos humanos, el Subcomité sigue preocupado por que la Defensoría del Pueblo no haya adoptado medidas en todos los casos para proteger a esos defensores”.
La decisión definitiva de esta recomendación del subcomité de acreditaciones se resolverá en la próxima reunión de la Alianza Global de las Instituciones Nacionales para la Promoción y la Protección de los Derechos Humanos a efectuarse en Berlín, Alemania en el próximo mes de marzo. En caso se ser definitiva esta degradación a la categoría “B” pasaría de ser un miembro con pleno derecho, a ser solo un miembro observador, sin derecho a voto por no cumplir con los Principios de Paris que son los Principios Relativos al Estatuto y Funcionamiento de las Instituciones Nacionales de Protección y Promoción de los Derechos Humanos.
Como era de esperarse, ya el Defensor del Pueblo Tarek William Saab se pronunció, con un comunicado lleno de contradicciones y falsedades donde entre otras cosas dice “Líderes y lideresas acuden a nuestras sedes y participan activamente en reuniones y mesas de trabajo. Pero el Sub-Comité de Acreditación no tomó en cuenta su opinión sino solo el de 5 organizaciones incapaces de trabajar junto a la Defensoría del Pueblo y otras organizaciones sociales”, contradictorio si tomamos en cuenta que en enero de 2015 convoco a más de 100 organizaciones para trabajar conjuntamente en muchos temas y de ese grupo, un buen número de esas organizaciones nunca volvieron a ser llamadas y tampoco las denuncias y solicitudes presentadas han sido atendidas.
Solo nos queda esperar los resultados de la reunión de Berlín en noviembre próximo, mientras esperamos, el Defensor del Pueblo debería ir ampliando el concepto de pueblo que tiene y permitir que hasta los que lo critican formen parte de ese pueblo que defiende, nada ha cambiado en la Defensoría del Pueblo, sigue siendo la defensora del Gobierno el PSUV, lamentable.
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Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.