ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.
Carlos Nieto Palma | Hoy escribo mi artículo de esta semana desde la ciudad de Montevideo, en la República de Uruguay, donde se está celebrando el 165° periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y donde estoy asistiendo en representación de la organización que dirijo, Una Ventana a la Libertad.
El martes pasado se efectuaron tres audiencias para tratar la situación de Venezuela, una solicitada por el Estado venezolano para tratar el “Derecho a la educación en Venezuela”; en esta audiencia estuvo presente por la sociedad civil Aula Abierta y el Observatorio de Derechos Humanos de la ULA. Igualmente, la CIDH convocó dos audiencias de oficio, una para discutir sobre la “Situación de la institucionalidad democrática en Venezuela”, en la que representando a la sociedad civil estuvieron el Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos, Provea; Centro de Justicia y Paz, Cepaz, y la Comisión Internacional de Juristas, CIJ; la segunda audiencia convocada de oficio fue para tratar el tema de “Violencia, seguridad ciudadana y libertad de expresión en Venezuela” y donde participaron Una Ventana a la Libertad, UVL; Foro Penal Venezolano, FPV; Espacio Público; Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello, CHD-UCAB, y Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, OVCS.
El Estado venezolano asistió con una extensa delegación encabezada por el director del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Larry Devoe, y un grupo de altos funcionarios del régimen con la misión de defender lo indefendible y proclamarse como los más grandes respetuosos de los derechos humanos de los venezolanos.
Realmente, las exposiciones del Estado venezolano fueron insólitas, con unas cifras que ni ellos mismos se las creían; mintieron de manera descarada, sin ningún tipo de pudor. Parecía que la representación del Estado estaba sentada allí con un grupo de extraterrestres que desconocían la realidad de lo que se vive en Venezuela; no se percataron de que junto a ellos estábamos los representantes de varias organizaciones de derechos humanos que hacemos vida activa y permanente en el país, conocemos lo que aquí pasa al detalle y tenemos las cifras que ellos callan.
Me tocó participar en nombre de Una Ventana a la Libertad en la audiencia sobre violencia, seguridad ciudadana y libertad de expresión en Venezuela junto a mis compañeros Marco Antonio Ponce, del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social; Carlos Correa, de Espacio Público, y Gonzalo Himiob, del Foro Penal.
Expuse la situación penitenciaria venezolana, la que califiqué como la más grave que se haya vivido en la historia, con una población actual de aproximadamente 100.000 reclusos, 45.000 de ellos en calabozos policiales no aptos para tener privados de libertad por un lapso mayor de 48 horas, con hacinamiento que ronda el orden de 350%, con graves problemas de alimentación y salud, que en lo que va de este año han ocasionado la muerte de, al menos, 8 reclusos por desnutrición.
La representación del régimen, con total descaro y sin ningún tipo de pudor, expuso los supuestos avances del sistema penitenciario en Venezuela que, según ellos, alcanzan a 98%, y al que siguen calificando como el mejor del mundo.
Según la dictadura, en las cárceles de Venezuela no hay hacinamiento, dicen que hay 53.754 privados de libertad en las cárceles dependientes del Ministerio para el Servicio Penitenciario y la capacidad es para 83.000 plazas, lo que significa que hay 29.246 cupos de más en nuestros recintos carcelarios; sin embargo, reconocen el grave problema en los calabozos policiales donde, según sus cifras, hay 24.000 reclusos.
Es sorprendente la capacidad de mentir de estos funcionarios del régimen, se imaginaban que los que estábamos sentados en la sala de audiencias éramos marcianos y que simplemente aceptaríamos su información y avalaríamos semejante mentira.
No hay que ser un experto en el tema penitenciario para desmontar la vulgar mentira que los funcionarios del régimen expusieron en la audiencia de Montevideo, desde la creación del Ministerio para el Servicio Penitenciario se han cerrado 5 cárceles (Internado Judicial de Coro, Sabaneta, Margarita, Internado Judicial de Los Teques y La Planta) y se han abierto solo 3 nuevas (Fénix, 26 de Julio y Centro Penitenciario Carabobo). Es imposible con tales datos que en Venezuela tengamos 29.246 cupos sobrantes en nuestros recintos, si cuando se creó el Ministerio Penitenciario solo había 25.000 plazas en nuestras cárceles.
Creo que fue importante que la representación del régimen de Maduro aceptara que había una situación complicada en los centros de detención preventiva y que era un reto a futuro; también fue importante que reconocieran que existe retardo procesal, según ellos de 53%, aunque en esa cuenta no sumaron los presos que están en retenes policiales que, como siempre, tratan de esconderlos como si no fuera responsabilidad de ellos.
El régimen, como siempre, sigue mintiéndole al mundo sobre la situación penitenciaria venezolana, aunque el mundo cada vez está más claro sobre la realidad de nuestras cárceles.
ACERCA DEL AUTOR:
Carlos Nieto Palma
Abogado y Coordinador de la ONG “Una Ventana a la Libertad”. Es columnista del diario El Nacional.