Las personas comprenden lo que les rodea mezclando ideas racionales y emocionales. Los autoritarios promueven una forma de comprender el conflicto mediante una diversidad de historias, una narrativa, que intentan imponer hegemónicamente en el pensamiento de la población.
Reaccionar en los términos, códigos y lenguaje planteados por los autoritarios, refuerzan los sentimientos a los cuales ellos apelan en sus diferentes audiencias.
Por ello hay que responder desde un punto discursivo diferente. Si el poder promueve la controversia, nosotros prioricemos lo comunitario; si estimulan un discurso basado en la “crisis”, reaccionemos desde los lazos y experiencias culturales que nos unen.
Si se alude al conflicto y la división, contemos historias sobre cómo cooperamos y nos asociamos para enfrentar la adversidad.