La presentación de “Gallegos. Hombre de una sola calle”, cómic de 58 páginas, se realizará el jueves 10 de febrero, desde las 5:30 PM en la Librería El Buscón, Paseo Las Mercedes, Caracas.
El escritor venezolano Héctor Torres es el guionista de la más reciente publicación de Provea, «Gallegos. Hombre de una sola calle», que en formato de comic recoge la biografía del primer presidente de Venezuela elegido de manera directa, secreta y universal, autor de «Doña Bárbara»
«Esta comisión no debe limitarse a la simple promoción del respeto de esos derechos, sino que está obligada a cuidar de que ellos no sean violados». Este propósito se desprende de una imagen en blanco y negro, de un dibujo muy similar a las caricaturas de superhéroes de los años 40, 50 y 60 del siglo pasado –con una trama más suave que la de Spider Man–, pero la cara de quien la dice es muy similar a una foto infaltable en los libros de historia y literatura venezolana.
“Gallegos. Hombre de una sola calle”, la más reciente publicación impresa del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea) junto con la Fundación Friedrich-Ebert (FES-Ildis), recoge la vida del primer presidente de Venezuela elegido de manera directa, secreta y universal (1947) y autor de “Doña Bárbara”: Rómulo Gallegos (Caracas, 1884-1969), también su paso por la presidencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El escritor Héctor Torres (Caracas, 1968) estuvo a cargo del guion de la pieza, las ilustraciones son de José Luis Couto(Montevideo, Uruguay, 1960) y la investigación histórica de Neller Ochoa (Caracas, 1987). El abogado y expresidente de la CIDH, Carlos Ayala Corao participó como asesor jurídico y la Embajada de Francia en Caracas apoyó en la impresión de los ejemplares.
La alianza Provea-TalCual conversó con Torres —cofundador de La Vida de Nos y guionista del premiado cortometraje “Lucy” (2018)— sobre “Gallegos. Hombre de una sola calle”; cómo fue llevar la historia del gran novelista de Venezuela al comic y cómo fue su rol como defensor de los derechos humanos.
—¿Cómo llega a este proyecto y que fue lo que le interesó de él?
—Yo tengo experiencia en desarrollo de proyectos narrativos e incluso en guiones audiovisuales, pero nunca había hecho el guion de un comic. A mí todas las formas de narrar me interesan. El comic es un formato muy ágil, que puede llegar a más personas. A mí me interesó el proyecto por el reto que suponía. Gallegos es una figura pública muy sacralizada, se conoce básicamente su etapa como presidente y todo lo que sucedió durante su mandato y se conoce mucho el novelista; pero no se conoce nada del Gallegos activista de derechos humanos y menos se conoce del Gallegos humano. Las figuras sacralizadas se convierten en algo fuera de este mundo.
—¿Antes de este proyecto sabía del trabajo de Gallegospor los derechos humanos?
—Cuando me llega el proyecto no tenía conocimiento del Gallegos activista de los derechos humanos. Sabía de las rencillas y conspiraciones de Fidel Castro y Leónidas Trujillo contra el gobierno de Rómulo Betancourt, pero no sabía que el primer secretario de la CIDH había sido Gallegos, ni mucho de ese periodo.
“Yo me apoyé mucho en la investigación de Neller Ochoa, muy enfocada en su trabajo por los derechos humanos y una semblanza general sobre su historia; pero también busqué por mi parte otros datos, detalles pequeños, porque necesitaba al personaje vivo, cómo era, para poder plasmarlo. Entonces, empecé a buscar más y más y me topécon aspectos de su vida menos publicitados. Por ejemplo, descubrí que tuvo una infancia muy pobre, que eran muchos hermanos, que su papá era viudo y que luego él también quedó viudo. Todos esos aspectos dramáticos me fueron útiles para poder biografiarlo”.
“Después de mucho, el personaje empieza a tener un cariz interesante, desde el punto de vista dramático, narrativo y ahí es cuando comienzo a hilar eso con el personaje activista, en este momento fue agarrando cuerpo el proyecto. Necesitaba verlo vivo, conocer más su intimidad para poder contarlo. Gallegos es un personaje que desde que somos niño nos hablan de él, pero que nunca lo hemos visto en su intimidad”.
—Luego de leer el comic de Gallegos da la impresión de que fue un hombre adelantado a su tiempo. ¿Lo cree así?
—La impresión que me queda, luego de todo lo que pude leer e investigar, es que era un hombre de una coherencia terriblemente inusual en la política en general y en la venezolana. Un hombre de principios, muy vertical. Me da la impresión de que era un hombre de ideas y que entendió que la única manera de expresarlas, de llevarlas a cabo o de aportar, era a través de la literatura y no en la política. Era un hombre insulsamente vertical y coherente en su pensamiento y acción. Es un personaje muy interesante desde ese punto de vista.
—También llama la atención que, a diferencia de otros escritores latinoamericanos contemporáneos con él, no se dejó cautivar por la revolución cubana.
—Cuando dices que da la impresión de que era un adelantado a su tiempo, creo que en este aspecto sí. Sí, da la impresión de que Gallegos había visto con claridad una cosa que tardaron muchísimo los intelectuales latinoamericanos en ver y que todavía hay algunos que no han visto.
“Cuando estábamos construyendo la escena del comic sobre el Premio Rómulo Gallegos me pregunté: Qué pudo pasar por la cabeza de Gallegos cuando le entregan el premio que lleva su nombre a Mario Vargas Llosa –hoy muy crítico con los gobiernos populista de izquierda– en el 67 y en su discurso alabó a la revolución cubana. Cómo tomaría esto un hombre que tuvo que levantar informes sobre las violaciones de los derechos humanos en Cuba.
—¿Por qué en Venezuela se conoce tan poco de esta faceta de Gallegos? ¿A qué cree que se deba esto?
—El hecho de que Gallegos haya sido sacralizado como novelista puede ser alguna de las razones. Creo que al poder le servía que él fuese visto como el novelista venezolano por excelencia, como símbolo. A su regreso del exilio lo celebran como el gran novelista venezolano. Yo siento —y esto es una especulación mía, no soy historiador— que ubicarlo como novelista era más útil que como político: Gallegos fue un presidente derrocado.
“¿Por qué se conoce poco de su labor en la CIDH? No sé. En el país es bastante conocido que Cuba sale de la OEA por presión de Venezuela, también se conoce del distanciamiento de Fidel Castro de la Venezuela democrática; pero quizá nuestra historia más reciente viene de Carlos Andrés Pérez para acá, que tuvo más acercamiento con Castro. Posiblemente, eso se fue quedando atrás y luego nos pesó, no lo sé”.
—¿Cómo dan con el título del comic?
—Esa frase está en la investigación de Ochoa. En algún momento cuando la leí me resonó, yo estaba buscando algo por allí, dudé que fuera esa frase, pero al final decidí que sí. Yo estaba buscando algo que diera la idea de una persona de una sola vía, que no tiene recovecos, que no tiene cartas bajo la manga, frontal y que su accionar estaba muy relacionado con los principios que defendía…
—… Esa frase es la imagen de la conducta que se espera de un defensor de los derechos humanos…
— … Exacto. Gallegos no es político, tanto así que es un hombre de una sola calle. Él es, más bien, un activista, lo que pasa es que se conoce mucho como novelista y en segundo lugar como político, porque ocupa un lugar importante en la historia contemporánea de Venezuela. Pero definitivamente, él tuvo un modo de ser y de vivir la vida más cercano a la de un activista.
La presentación de “Gallegos. Hombre de una sola calle”, cómic de 58 páginas, se realizará el jueves 10 de febrero, desde las 5:30 PM en la Librería El Buscón, Paseo Las Mercedes, Caracas.
Alianza TalCual/Provea