Entre 2012 y 2017 Venezuela cayó dieciséis puestos en el indice global de Desarrollo Humano (IDH), según reveló este viernes el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su último informe correspondiente a la data levantada hasta el año 2017.
“Venezuela en este informe cae dieciséis puestos con respecto a la situación de cinco años atrás. Hay ciertos indicios de que las turbulencias o problemas que se han enfrentado a nivel social y que tienen que ver con elementos políticos y sociales tienen un efecto sobre las condiciones de desarrollo humano”, aseguró Heriberto Tapia, especialista del PNUD.
Venezuela se sitúa en el puesto 78 de 189 países analizados por el organismo, y en 8º lugar entre los países de América Latina, en una lista que lidera Chile con el índice más alto de la región, y que cierra Haiti -en el puesto 168 global-, con el IDH más bajo del continente. El informe del PNUD advirtió que el retroceso experimentado por Venezuela es uno de los mayores en el indicador que refleja los logros nacionales en materia de salud, educación y nivel de ingresos. «Solo Siria, Libia y Yemen, tres países con prolongados conflictos, han perdido más puestos» alertó el organismo.
El PNUD destaca que la renta per cápita de Venezuela disminuyó un 25,8% entre 1990 y 2017. De acuerdo al informe del IDH del año 2012, el ingreso nacional bruto per cápita de Venezuela se situaba en 11.475 dólares; mientras que para el 2017 el PNUD reportó un ingreso per cápita de 10,672 dólares. En el reporte no se incluyó data correspondiente al 2018, por lo que, la severa caída del ingreso y el éxodo masivo de venezolanos al exterior, hacen temer que la situación puede ser aún peor.
La dictadura del hambre y la mentira
La abrupta caída del IDH coincide con la llegada de Nicolás Maduro al poder y con el repunte de otros indicadores negativos en materia de Derechos Humanos.
Maduro llegó a la presidencia afirmando que sería el primer presidente “obrero” de la historia venezolana. Hoy, convertido en dictador impone un modelo económico que genera más exclusión y empobrecimiento, desconociendo sus obligaciones respecto a la garantía de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la población.
El Plan de la Patria 2013-2019, oferta electoral del candidato Maduro en 2013, e instrumento convertido inconstitucionalmente en ley durante la anterior gestión de la Asamblea Nacional, planteaba metas como un Índice de Desarrollo Humano de 0,800; 15,00% de pobreza general y 0% pobreza extrema, para el año 2019. Asimismo, las promesas de Maduro situaban la inflación promedio anual en 20% y una tasa de crecimiento promedio anual entre 3,0% y 4,0%.
Pero la realidad dista mucho de las promesas oficiales. En julio de 2015, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó su último balance público oficial sobre hogares en situación de pobreza por Línea de Ingreso (LI) correspondiente al primer semestre de 2015, en el que admitió un nuevo incremento de la pobreza en Venezuela que, según el dato oficial situaba en 33,1% el porcentaje de hogares pobres para el primer semestre de 2015. Para entonces 2.434.035 hogares venezolanos se encontraban en situación de pobreza según la información suministrada por el INE, cuyo reporte se publicó con año y medio de retraso. De acuerdo a la data oficial, entre enero de 2013 y junio de 2015, 950.771 hogares ingresaron a la línea de pobreza por ingreso. Aunque el INE suprimió de su portal web la información referida al número de personas en situación de pobreza, esta cifra indicaba que en promedio 12.170.175 venezolanos se encontraban en condición de pobreza hasta el primer semestre del 2015, esto abarcaría al 39,7% de la población. En promedio, 4.791.917 venezolanos pasaron a ser pobres en los primeros 2 años y medio de gestión de Nicolás Maduro.
En los primeros dos años y medio de gestión de Nicolás Maduro el porcentaje de hogares en condición de pobreza ascendió de 21,2% en enero de 2013 a 33,1% en junio de 2015, un incremento de 11,9%. Mientras en el número de personas pobres el repunte se situó en 64,94% al pasar de 7.378.258 personas en situación de pobreza para diciembre de 2012 a un promedio de 12.170.175 personas pobres en junio de 2015.
Para febrero de 2018, el 87% de los hogares venezolanos se encontraban en situación de pobreza según los resultados divulgados por la Encuesta Sobre Condiciones de Vida (ENCOVI) 2017, un proyecto desarrollado desde el año 2014 por un equipo multidisciplinario de alto nivel perteneciente a tres de las universidades más importantes del país: la Universidad Simón Bolívar (USB), la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Las metas del “Plan de la Patria” y su contraste con la realidad actual, reflejan el fracaso de una oferta engañosa de quienes hoy están aferrados al poder. Desde 2015 se vienen generando cifras históricas de inflación en Venezuela. En dicho período la inflación tuvo su nivel histórico más alto desde 1950, año en el cual el BCV comenzó a registrar dicho índice en el país. Maduro impuso entonces un nuevo record al superar los índices más altos de inflación que se habían registrado hasta ese momento y que correspondían a los años 1989 (81%); 1994 (70,8%) y 1996 (103,2%), períodos en los cuales se realizaron severos ajustes económicos.
Al día de hoy, Venezuela se sitúa como la cuarta economía con más inflación en la historia de América Latina desde el año 1970, solamente superada por Nicaragua en 1987 durante la presidencia de Daniel Ortega (13.109%); Bolivia en 1985 durante los mandatos de Hernán Siles Zuazo y Víctor Paz Entenssoro (11.749%) y Perú en 1990 durante la presidencia de Alan García (7.481%). Mientras, los pronósticos de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, sitúan la inflación promedio en Venezuela en 1.000.000% para el cierre del 2019, comparando la hiperinflación venezolana con la crisis de Alemania en 1923 o Zimbabue en la década del 2000.
La caída del ingreso y del poder adquisitivo de las y los trabajadores venezolanos como consecuencia de la espiral inflacionaria, ha generado un acelerado incremento de la pobreza, lo que a su vez se ha traducido en mayores dificultades, sobre todo para la población más pobre y en situación de vulnerabilidad, para la satisfacción de sus necesidades alimentarias.
Los compromisos asumidos por el Estado venezolano en la Declaración de Nuevo León de 2004, dirigidos a la búsqueda del crecimiento económico sostenido y equitativo “que contribuya al desarrollo de largo plazo, reduzca la pobreza, elimine el hambre y eleve los niveles de vida de la población”, se han convertido en letra muerta.
Resulta vergonzoso que, luego de recibir durante varios años los ingresos económicos más altos de nuestra historia por venta de petróleo, hoy los indicadores sociales estén en caída libre. La extinción de la Democracia y el Estado de Derecho en Venezuela, hace imposible la consolidación de un etorno favorable y respetuoso de los derechos humanos, para la superación de la pobreza y un crecimiento económico sostenido. La adopción de políticas y medidas que permitan superar el actual deterioro de la calidad de vida de las personas, es sólo posible en Democracia, jamás en dictadura.
Prensa Provea