Hoy 27 de febrero se cumplen tres años de la desaparición forzada del dirigente social Alcedo Mora y los campesinos Esneider y Eliézer Vergel. Funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) son presuntamente responsables.
Meses antes de su desaparición Alcedo Mora había realizado de manera pública y ante varias instituciones una seria de denuncias sobre hechos de corrupción en la industria petrolera PDVSA relacionadas con contrabando de gasolina. Además, como luchador social venía acompañando a las comunidades en procesos de exigibilidad de sus derechos y asumiendo posiciones críticas ante políticas gubernamentales. De los hermanos Vergel se conoce poco, solo que eran campesinos que conocían a Alcedo Mora.
A los pocos días de la desaparición los hijos de Alcedo Mora y otros familiares presentaron la denuncia ante las autoridades respectivas. El Ministerio Público inició algunas investigaciones preliminares. Sin embargo, durante meses la investigación se paralizó a pesar que familiares y amigos realizaron reclamos públicos y formales ante esa institución. En noviembre del año pasado el MP llamó a declarar a algunas personas que ya anteriormente habían dado su testimonio. Y esa retoma de las actuaciones tiene una explicación: El gobierno venezolano fue notificado por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que los hijos de Alcedo Mora con la asesoría del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) habían presentado denuncia en esa instancia internacional.
Efectivamente, el 28 de junio de 2016, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas recibió la petición de los familiares y a la fecha el procedimiento ha venido avanzando a pesar de la resistencia del gobierno a que el caso sea tramitado.
Es importante destacar que el Estado venezolano no solo no ha investigado de manera eficaz esas tres desapariciones forzadas, sino que la práctica de la desaparición forzada se institucionaliza cada vez más. En su Informe sobre violaciones a los derechos humanos durante las protestas de abril-julio de 2017 el Alto Comisionado de Derechos Humanos de las naciones Unidas indicó: “ Algunas detenciones podrían constituir desapariciones forzadas, en la medida que las autoridades, durante un periodo inicial, se negaron a confirmar el destino o el paradero de las personas detenidas”
La desaparición forzada es una grave violación a los derechos humanos que cada año se registra en Venezuela. Desde el año 2000 hasta el 2016 la organización Provea documentó 188 desapariciones forzadas.
Mientras la impunidad prevalezca y el autoritarismo se afiance, existe el riesgo se produzcan con mayor frecuencia desapariciones forzadas. Ante esa situación, cada vez más familiares de las víctimas se verán obligadas a acudir ante los organismos internacionales de protección de los derechos humanos en la búsqueda de justicia. Los responsables de las desapariciones que hoy se sienten infalibles, deben saber que la justicia puede tardar, pero llega y deberán responder por las violaciones perpetradas.
Alcedo Mora y los hermanos Vergel se los llevaron vivos, vivos deben aparecer.