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CONTRABANDISTAS DE GANADO Y TRÁFICANTES DE DROGA CONTROLAN LA VIDA DE LAS COMUNIDADES YUKPA DE LA CUENCA DEL RÍO NEGRO

Hace más de 10 años se hizo visible la presencia de grupos humanos desplazados de la guerra de Colombia, así como de insurgentes colombianos en las altas montañas de la Sierra de Perijá bañada por las aguas del río Negro, en el suroeste del estado Zulia de la República Bolivariana de Venezuela. Estos grupos permanecían en las alejadas comunidades Yukpa de Manastara y Ayajpaina. Pero luego con la lenta y sangrienta “derrota” de los dos principales grupos subversivos y de sectores del paramilirismo por parte de los gobiernos Uribe/Santos se comenzaron a desplazar por estos mismos parajes operadores armados con claros fines económicos ilícitos. Por esta razones, hoy es notorio también en estos parajes el consumo y el negocio de la droga y el contrabando a Codazzi, Colombia de grandes cantidades de reses, y ahora de burros como se hace desde dos años en toda la Guajira, pues el cebo equino genera una sustancia que al untarse por fuera las valijas de droga se hace no detectable al olfato de los perros policías.

Se impuso la violencia y su corrupción generada

A lo largo de todo el río Negro se impuso la violencia como modo de vida en las comunidades Yukpa; se quebró importantes elementos de la estructura política social del Pueblo Yukpa del sector rionegrino. Las diferencias entre los líderes indígenas se acentúan a partir de las nuevas alianzas con estos grupos foráneos por parte de algunos líderes, o por el sometimiento al silencio cómplice, o a la convivencia crítica por parte de otros; de allí que las divisiones de las comunidades no se hizo esperar; de tal manera que el desplazamiento hacia la parte baja y posterior ocupación de la hacienda Medellín no sirvió para beneficiar a las familias Yukpa, sino a colombianos y guajiros mestizos hoy entronizados en el espacio Yukpa recuperado. La toma de esta hacienda marcó la historia de la zona baja del río Negro en territorio Yukpa. Pues de esta manera se inicia el proceso de ocupación física y cultural de su territorio desde abajo hacia arriba, pues ya arriba estaba los grupos armados asentados conviviendo con las familias Yukpa impactadas; familias desplazadas y los grupos armados dominaban su economía y territorio ante el poderío de sus armas y las alianzas con el Gobierno Nacional, que hoy desembocar en el proceso de Paz de Colombia, pero no así de Venezuela, pues aquí apenas comienza la guerra que en el país vecino parece terminar. La violencia colombiana y la corrupción generada se mudaron a Venezuela.

De tal manera que por cada familia Yukpa originaria hay una o dos vecinos no Yukpa, la ciudad de Machiques se comió esta parte del piedemonte de la Sierra de Perijá, quedando la comunidad de Toromo rodeada de pequeñas nuevas comunidades conformadas por indígenas originarios de la cuenca rionegrina, Wayuu y watía (criollos colombianos y venezolanos). La división fue tal que cada grupito de familia posee un Cacique, que está sometido a la dinámica delincuencial foránea impuesta. La ciudad de Machiques se tragó a Toromo.

Son las principales comunidades de las tierras recuperadas Epiora, Kinii Kunaka, Toromo, Kupakara, Manajpa, Anapa, Shuaptü 1, Yiichara, Kuenne Kuispa, Maraewa, Kamaranchon y Ojenma.

La violencia no se expresa de la misma forma

El mal manejo y posterior fracaso de la demarcación del hábitat y territorio Yukpa que generó varios Yukpa heridos, golpeados y asesinados, entre ellos Sabino Romero y varios familiares de Carmen Romero, así como el fracaso de los denominados Plan Yukpa: el primero coordinado por el Ministerio de Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, y el segundo coordinado por el INTI y Gobernación del Zulia para la adquisición y entrega de haciendas, generaron así graves problemas de relaciones y comunicación, y en consecuencia el distanciamiento del Estado Gobierno de la zona o zonas demarcadas e incluso de toda la frontera. El Gobierno le entregó la frontera cotidiana y las relaciones con los pueblos y comunidades indígenas a los grupos armados colombianos, hoy en proceso de pacificación. Estas relaciones tienen varias expresiones dado las comunidades, y el pueblo indígena sometido. No es igual las relaciones desarrollas en las comunidades Yukpa del Yaza, o las asentadas en el río Negro, o en las comunidades Wayuu del alto o bajo río Socuy, o en la Guajira. Son experiencias concretas a caracterizar.

La cultura Yukpa fue “colombianizándose” en el territorio rionegrino; costumbres y la organización social tradicional fueron perdiendo vigencia por este cambio tan drástico. Este etnocidio se acentúa con la creación de los Consejos Comunales Indígenas y las Comunas. Hoy con muchas desventajas aún permanecen grupos familiares y comunidades que persisten en mantenerse apegadas a sus usos y costumbre; de allí el esfuerzo de realizar principalmente en la comunidad Kinii Kunaka la fiesta del maíz todos los años, de la chicha y el bollito, de la Fiesta del Cuje, las danzas y el ritual de la divinidad de la agricultura Ojenma u Osenma. Hay comunidades donde el maíz negro o morado (me´e) es desplazado por la “harina Pan” hasta en los rituales, ahora por las harinas traídas de Colombia por las importaciones del señor Gobernador.

El abigeato y la droga generadores de muertos en las comunidades

Asesinados este año en territorio Yukpa: Cristóbal Romero, Oswaldo Cadenas y José Luis.

El día lunes 3 de octubre de 2016 funcionarios del Sebin detiene en el sector La Morena en las afueras de la ciudad de Machiques al indígena Yukpa Virgilio Romero, por abigeato, para buscar nombres de los presuntos acompañantes. Es torturado. Es dado en libertad el día jueves 6, el día viernes 14 de octubre es asesinado el joven de nacionalidad colombiana José Luis (29) casado con una mujer Yukpa dejando 6 niños huérfanos. Pero en lo que va de año este es el segundo asesinado en la zona. El viernes 15 de enero asesinaron a Oswaldo Cadenas (42) nacido en el estado Falcón casado con una mujer Yukpa dejando 9 hijos huérfanos. Todos asesinados en la carretera en la vía a la comunidad Toromo. Cuantos más asesinatos faltan.

La comunidad considera que estos asesinatos están vinculados al tráfico de droga desde Codazzi a Machiques, Zulia y de ganado a Codazzi, donde están vinculados ya no sólo colombianos, sino efectivos de las policías, Guardias Nacionales y del Ejército Venezolano.

El sábado 16 de julio es asesinato por prácticas de abigeato el dirigente de la comunidad Yukpa Tinacoa, La Villa del Rosario, Zulia el dirigente Cristóbal Romero (60), fue acribillado por el de ocho disparos, a las 8:30 de la noche por el sicariato ganadero, los dos anteriores se maneja la hipótesis que fueron grupos uniformados subversivos colombianos por “arreglos de cuentas”.

Les preguntamos a los representantes de los ministerios en competencia indígena, de defensa, de relaciones interiores, de frontera, ministerio público, entre otros ¿Qué hacer?


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