La Fuerza Armada está entrando en un punto de inflexión histórica por razones económicas, políticas, sociales y militares, enfatiza Rocío San Miguel, presidente de Control Ciudadano. En entrevista para TalCual, la abogada expresa que la merma del ingreso del ingreso petrolero ha significado una orfandad para el país y ha tenido una repercusión brutal en la FANB
El seguimiento a las nuevas estructuras de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), en los últimos 24 meses, evidencia el objetivo del gobierno de Nicolás Maduro de reforzar el orden interno. Esta es uno de los hallazgos de uno de los recientes estudios de Control Ciudadano, Organización No Gubernamental (ONG) con experticia sobre la seguridad y defensa del país.
Sin embargo, en entrevista para TalCual, la abogada Rocío San Miguel, presidente de Control Ciudadano, indica que la creación y activación de unidades militares es menor, y «hay una brecha brutal» con lo registrado hace tres años. Atribuye esta situación a muchas razones, entre ellas el impacto de la crisis petrolera sobre la organización castrense.
Puntualiza que el mayor número de unidades creadas, desde 2019, es en la Guardia Nacional, componente que tiene 10 nuevos destacamentos: «Eso obedece a muchas razones. No solo porque también es lo más barato de instalar, no requiere mayor inversión en logística, ni en la adquisición de sistemas de armas».
San Miguel advierte que la veintena de empresas militares que el gobierno de Nicolás Maduro creó, a partir de 2013, «están en el suelo». En ese contexto resalta que no son suficientes las corporaciones que le han sido entregadas a los militares para sustentarlas, además de ser incapaces de cubrir las demandas estructurales de la FANB.
– ¿Cómo se encuentra la estructura actual de la Fuerza Armada Nacional?
– La Fuerza Armada está entrando en un punto de inflexión histórica por razones económicas, políticas, sociales y militares. Ese tránsito entre el año 2020 y el 2021 pone un acento definitivo en este cuadro de inflexión histórica. La merma del ingreso petrolero ha significado una orfandad para el país en general y para la revolución bolivariana en términos de la maquinaria de inyectar dinero en términos de la burocracia del Estado, pero esto ha tenido una repercusión brutal en la FANB. En otros ministerios no te das cuenta por la baja presencia que tienen para el país, pero en el sector Fuerza Armada Nacional Bolivariana es clave.
Basta ver el análisis de la activación y creación de unidades hace tres años y como es el funcionamiento actual, basta ver la presencia de militares en otros ministerios donde había recursos económicos y posibilidades de participar en el desarrollo nacional como se ha mermado, ha pasado de 46 a un 25% de participación militar en ministerios desde 2020.
– El gobierno de Maduro, en reiteradas ocasiones, ha dicho que las empresas de la FAN han sido creadas para su mantenimiento
– No bastan las corporaciones que le han sido entregadas a los militares para sustentarlas. La principal de ellas, Camimpeg (Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas), está alimentando los intereses del madurismo en el poder, pero no a la FANB como institución. La Zona Económica Militar Especial de Desarrollo Forestal, activada en diciembre de 2020, para satisfacer las necesidades logísticas de la Fuerza Armada no es ninguna garantía de que vaya a resolver los enormes problemas estructurales que ya tenía la institución. Y en general todo.
Otras empresas que se están reinventando en estos últimos meses no llegan para satisfacer las profundas demandas de la FANB. Se trata de demandas estructurales que vienen arrastradas desde la época de la bonanza, cuando se tuvieron que hacer grandes inversiones en materia de seguridad social, en materia de bienestar de toda la plantilla y de personal y de las instalaciones. Pero no se hicieron y eso se está notando en estos momentos, amén de todo la propia inversión en logística, en entrenamiento de la Fuerza Armada.
-Muchos militares salieron de la industria petrolera para el sector minero
– Hay militares que están el consejo directivo, forman parte de la plana mayor. Pero el dinero no está siendo orientado para las necesidades de la FANB sino para los intereses del madurismo en el poder. Y esto termina por ser evidente ante la merma de la operatividad y de la capacidad de la FANB, pero también a los problemas estructurales.
– ¿La merma en la FAN incluye la compra de armas?
-Sobre la compra de armas, hay varias etapas: Las grandes compras desde 2005 al 2012, luego la llegada de Maduro al poder hasta 2017 donde se adquirió pertrecho militar para control del orden público en China y se terminaron de completar algunos contratos que estaban pendientes con Rusia, el centro de mantenimiento de helicópteros, por ejemplo, y algunos otros contratos que se cerraron, completaron con Navantia. Yo diría que, desde 2017, en adelante es nula la adquisición de sistemas de armas para Venezuela.
-Mientras el discurso presidencial y del Alto Mando parecieran vender la idea de que hay más armamento
– Tuvimos dos años con la existencia de ejercicios militares, especialmente esos años que tienen que ver con el 2018, con el 2019 y comienzos de 2020, cuando los ejercicios militares estaban a la orden del día. A partir del covid-19, pero también por la falta de presupuesto, ya no se realizan prácticamente, son mínimos los ejercicios militares. La Fuerza Armada ha dejado de ser respetada por sus adversarios geopolíticos, es decir, cuando en 2020 permites que se hunda un buque de vigilancia litoral por un buque de pasajeros, eso equivale a una derrota militar. No solo en términos de un sistema costosísimo para el país, sino también una derrota psicológica.
Y yo añadiría: La consolidación de la guerrilla en Venezuela también significa ese punto de inflexión histórica para la FANB. Es decir, en los últimos 40 años, ha existido la guerrilla en el país, la guerrilla histórica, la que traspasó cuando se firmaron los acuerdos de paz, pero hay un momento clave que es la ruptura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y cuando la disidencia de las FARC se separa del acuerdo político y claramente echa raíces en Venezuela.
Ya Guyana no respeta a Venezuela, la Fuerza Armada de Colombia ha perdido el respeto por las de Venezuela, Brasil también que han sido las hipótesis tradicionales de conflicto para cualquier escuela de guerra de los cuatros componentes ha perdido el respeto a la FANB.
– ¿Eso significa que hay un proceso de creciente desmoralización a lo interno de la institución castrense?
– Entrar en el decaimiento es como superficial. Es mucho más profundo hablar de una inflexión histórica que tiene una connotación militar, una económica y política y social. En lo político ha quedado claro para los efectivos de la Fuerza Armada Nacional que todavía siguen en la institución que, sin alternativa real del poder o la posibilidad de alternabilidad política, la FANB parece condenada a seguir como pilar de la revolución, y eso tiene efectos internos muy poderosos.
Hay un proceso de selección natural que termina por echar todos los rasgos institucionales que estén dentro, vamos a ver cada vez más perversiones de las que ya habíamos visto de una Fuerza Armada politizada, partidista, la vigencia de una Ley Constitucional de la FANB que rompe todo sustento precisamente constitucional. Es decir, eso es un carácter político muy poderoso.
-También estaría allí el fortalecimiento que el gobierno le ha querido dar a la milicia
-Todo eso en conjunto. La milicia no termina de arrancar por falta de recursos y yo creo, incluso, que por resistencias internas que han existido en la FANB. Pero la milicia esta cumpliendo una labor de burocracia del Estado muy importante este último año. La milicia cumple las funciones del Ministerio de Infraestructura, pero también presta seguridad en las empresas básicas, pero hace cosas peligrosas, eso de repartir alimentos y de ser el soporte armado de las visitas que hace el Seniat es muy perverso, se ha convertido en un brazo armado de la administración pública, con muy cuestionadas características de profesionalismo.
– ¿Cómo ha impactado a la FAN el informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU?
-Si bien las organizaciones sabíamos de las violaciones a los derechos humanos, que lo diga las Naciones Unidas tiene un impacto demoledor y esto ha divorciado a la Fuerza Armada Nacional de la sociedad, hasta tanto no sea posible establecer mecanismos de justicia o de reparación, no va a ser superada esa zanja tan profunda que ha quedado allí como herida abierta para el país.
-El Estado pareciera no acusar recibo de las denuncias que se hacen sobre torturas en instalaciones militares
– Lo más grave es que el Estado no ha investigado. El fiscal Tarek William Saab ha presentado un informe a la Fiscalía General de la Republica que no conoce el país, él tiene obligación de informarle al país, pero que es un informe que no se compadece con la realidad. No ha existido ni un solo mando militar investigado por las violaciones a los derechos humanos. Hasta que esto no ocurra no será creíble ninguna investigación real e imparcial en Venezuela.
De los mandos militares están las investigaciones que hace la Corte Penal Internacional (CPI) del control de las protestas de 2017, ninguno de los mandos militares donde ocurrieron asesinatos contra civiles ha sido investigado. Por el contrario, en su mayoría han sido ascendidos en la estructura militar. Luego están los casos de las torturas en las dos instituciones de inteligencia, el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), dirigidas por militares, donde tampoco ha habido investigación contra los mandos militares en el momento en que ocurrieron estos hechos.
El Estado no quiere o no puede juzgar y cuando el Estado no puede o no quiere investigar o juzgar, ¿Qué sucede, de acuerdo con el Estatuto de Roma? Entra la Corte Penal Internacional a abrir casos contra las personas que cometieron delitos de lesa humanidad.
–Pero esos procesos en la CPI son más largos
– Yo creo que sí, pero no podemos depositar la justicia en su totalidad a la Corte Penal Internacional. Creo que eso es un error. Aspirar al que país tenga justicia o reparación de las víctimas es una esperanza deformada por varias razones. Porque primero es una justicia muy lenta, quien se encarga de los casos más graves y de los más responsables, deja sin mirar las llamadas responsabilidades intermedias o casos que no configuran delitos de lesa humanidad, pero son graves.
En Venezuela, hay que construir un plan, una propuesta y establecer un diálogo de negociaciones creíbles, allí aparece la justicia transicional que tiene que construirse. Todos estos elementos tienen que trabajarse y trabajarse seriamente, sino irremediablemente la sociedad en ciclos histórico aparece irrepetiblemente frustrada que es lo que ha venido ocurriendo en Venezuela históricamente en los últimos 60 años.
– ¿Hasta cuándo puede extenderse el atornillamiento de Padrino López ?
-Hay un relevo importante en la Fuerza Armada Nacional por la salida de la promoción del 87. Las promociones del 88 y la del 89 muy pronto van a coronar la cúspide. Es cuestión de tiempo para que Padrino salga, probablemente, el principal problema ya no es buscar un sustituto, que los hay. El problema del relevo de de Padrino viene el tema de donde ponerlo.
– ¿Cuál es el alcance del registro que hizo Control Ciudadano sobre las brigadas del Ejército?
-Hicimos una infografía con la estructura de las brigadas del Ejército. Esto es importante para transparentar los grandes comandos de Venezuela, es una labor para reconocer el alcance y funcionamiento de la FAN, establecer cuáles son y quiénes las dirigen. En los últimos años está ocurriendo la invisibilización de las autoridades diferentes a los jefes de las Regiones Estratégicas de Defensa Integral (REDI) y del Estado Mayor superior de la FAN. Cuando no conoces los jefes de las unidades no hay reconocimiento ni responsabilidad de esas unidades, se ha ido desdibujando esto en el quehacer del país, pero además ex profeso.
En algunos casos, hemos visto comandantes que buscan invisibilizarse en sus cargos y también hemos visto los contrario. El comandante de la GNB, Fabio Zavarse Pabón, hace un par de años estaba estruendoso en declaraciones y de corte político partidista, hoy en día está comedido. Ese cambio de comportamiento es real, ya los comandantes no se expresan con el mismo fervor político, no hay que olvidarse que hay la vigilancia internacional sobre Venezuela, hay una Misión de Determinación de los hechos sobre Venezuela, hay una Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en Venezuela instalada, hay 52 militares sancionados militarmente, todo eso tiene su efecto en el comportamiento militar.
Alianza Tal Cual – Provea