Luego de que fueran dictadas las sentencias 155 y 156, que, entre otras cosas, anularon la inmunidad parlamentaria a diputados de la oposición y transfirieron competencias de la Asamblea Nacional a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de justicia, la Fiscal de la república, Luisa Ortega Díaz, en ocasión de la presentación de la Memoria y Cuenta del Ministerio Público manifestó su preocupación por la “ruptura del hilo constitucional” que implicaban dichas sentencias.
En el marco de esta situación que no solamente exacerbó los ánimos de la sociedad civil venezolana sino también de la comunidad internacional, el presidente Nicolás Maduro, basado en el artículo 323 de la Constitución, convocó el Consejo de Defensa de la Nación (Codena).
Empecemos por partes: ¿qué es el Consejo de Defensa de la Nación”
La Carta Magna, en su artículo 323 reza: “El Consejo de Defensa de la Nación es el máximo órgano de consulta para la planificación y asesoramiento del Poder Público en los asuntos relacionados con la defensa integral de la Nación, su soberanía y la integridad de su espacio geográfico. A tales efectos, le corresponde también establecer el concepto estratégico de la Nación. Presidido por el Presidente o Presidenta de la República, lo conforman, además, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional, el Presidente o Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, el Presidente o Presidenta del Consejo Moral Republicano y los Ministros o Ministras de los sectores de la defensa, la seguridad interior, las relaciones exteriores y la planificación, y otros cuya participación se considere pertinente. La ley orgánica respectiva fijará su organización y atribuciones.”
En ese sentido, el Presidente Maduro, en su alocución del viernes por la noche planteó que esta convocatoria tenía que ver con las declaraciones de la Fiscal, para que “el impasse sea superado lo más rápido y con la mayor calidad posible”, y luego incluyó en el discurso el tema de la independencia de poderes: “…la primera independencia es la del imperialismo, de la embajada gringa y de la burguesía”. Más adelante señaló “debemos unirnos en la defensa de la independencia y la soberanía frente al acoso y la felonía de la derecha que se ha coaligado para venir a intervenir nuestro país”. No queda claro entonces, más allá de un intento de maquillaje democrático, cuál es la razón para convocar este Consejo porque, en principio, como lo expone el texto constitucional, este órgano está orientado a ayudar a solventar los conflictos que tengan que ver con la “defensa integral de la Nación, su soberanía y la integridad de su espacio geográfico”, no “impases” entre los poderes del Estado.
Al respecto, Juan Manuel Rafalli, abogado y profesor de la Ucab, explica que el Codena es “un espacio de consulta en materia de soberanía integral y espacio geográfico. No era el nicho para eso. Si el presidente quería hacer una reunión política para tratar de influenciar o mediar de alguna manera, lo ha debido hacer de una manera no oficial ni pública. Pero además al Presidente de la República no le toca estarse metiendo en nada de esto. Esa misma actitud denota que no hay independencia de poderes. Es más, si el TSJ fuese un poder verdaderamente independiente no hubiesen tenido que hacerle ningún exhorto para revisar nada. Lo hacía o no lo hacía en base a su criterio. Punto.”
El fantasma de la injerencia internacional
Inmediatamente después de hacer referencia al “impasse”, el presidente comenzó a hablar de la injerencia internacional. Mencionó a la OEA y la convocatoria que se hiciera a su Consejo Permanente, al que calificó de “espurio”. Al respecto, ya desde Provea se ha venido hablando de que los mecanismos internacionales para la vuelta a la institucionalidad democrática están lejos de implicar alguna intervención física o de otro tipo, y la injerencia no es tal, cuando fue el propio Estado Venezolano el que suscribió la Carta de la OEA. Además, no pueden los Derechos Humanos estar subyugados a una paranoia constante que busca preservar el poder, ni mucho menos al discurso de una “soberanía” que sólo reconoce el gobierno para sí.
Parece entonces que esta reunión fue un intento por hacer ver, ante los ojos críticos nacionales e internacionales que en Venezuela sí existen poderes independientes, pero, al respecto, la misma convocatoria del Codena para resolver un “impasse” es una contradicción en sí misma, y no solamente eso, sino que, al no ser el mecanismo adecuado, también deja en evidencia el uso arbitrario de la Constitución y la improvisación en el manejo de situaciones críticas.
Raffalli también señala que “lo más grave de todo, más allá de cualquier formalismo jurídico sobre el mecanismo que se usó para tratar de corregir el entuerto, es que en este momentoesta declaratoria no existe, nadie la conoce. No ha sido publicada”. Lo que quiere decir que no se sabe a ciencia cierta qué partes de las sentencias 155 y 156 fueron revisadas.
Tampoco se puede decir que esta actuación del gobierno tenga un espíritu democrático. “Nada de lo que se está haciendo es un propósito de enmienda real porque hasta que no se logren desmontar todas las sentencias que se dictaron el año pasado, siempre va a haber el sustrato de esta situación”, afirma Raffalli.
No se trata de una nimiedad como lo quiere hacer ver el gobierno, caminar hacia la restitución de la democracia implica un camino arduo y la toma de un conjunto de medidas que ni de cerca se consideraron en el Consejo de Defensa de la Nación.
* Juan Manuel Raffalli es abogado, profesor de Teorías Políticas y Derecho Constitucional en la UCAB, quien fue Asesor Jurídico durante el Proceso de Negociación y Acuerdos con Mediación de la OEA en 2002
Jennifer Peralta
Prensa Provea