Maduro y su cúpula gobernante son indolentes ante la masiva migración que crece cada día. Millones de compatriotas han salido por distintas fronteras huyendo del hambre, el caos en los servicios públicos y la persecución. La emergencia humanitaria compleja que azota al país produce cada día más éxodo de personas de distintas edades, profesiones y regiones de Venezuela así como la creciente represión contra quienes se atreven a levantar la voz exigiendo derechos o cuestionando la mala conducción del Estado.

Las historias de las penurias que los migrantes pasan en distintos lugares donde han logrado llegar no conmueven a un gobierno que se ha convertido en una fábrica de pobreza y produce una sistemática violación de los derechos sociales de la población y aumenta la exclusión por razones políticas. Se empeñan en afirmar que la masiva fuga de personas es una estrategia del «imperialismo» para desprestigiar a la llamada revolución bolivariana. Sin duda, ello demuestra el poco interés por afrontar las causas que generan la migración forzosa.

El desprecio e indolencia de Maduro y sus ministros, tiene como contraste la creciente solidaridad en el Continente tanto de gobiernos como de organizaciones de la sociedad civil. Cada día mayor comprensión de la crisis existente y de la actitud negativa del gobierno venezolano para resolverla.

Hay iniciativas muy interesantes y que valoramos mucho como la iniciada hace varios meses por la organización de derechos humanos de Colombia Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia). La organización indicó » Con esta iniciativa queremos acercar a los colombianos y latinoamericanos a las historias de los venezolanos que migraron a causa de la profunda crisis económica y humanitaria que vive Venezuela»  https://www.dejusticia.org/venezuelabienvenida-un-llamado-a-la-solidaridad/

Dejusticia se convirtió en la organización pionera en este tipo de iniciativas que afortunadamente se han ido extendiendo como expresiones de apoyo por muy variadas organizaciones.

Este fin de semana desde Perú y otros países se desarrolló la campaña #Yosoyvenezolano que contó con miles de mensajes muy positivos y solidarios con el pueblo venezolano.

Estas expresiones de solidaridad constituyen un aliento para los millones de migrantes y a su vez es un llamado de atención al gobierno venezolano para que atienda la grave crisis existente.

El pasado 23 de agosto el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados Filippo Grandi y el Director General de la OIM, el Organismo de las Naciones Unidas para la Migración, William Lacy Swing hicieron un llamamiento destinado a obtener un mayor apoyo de parte de la comunidad internacional para los países y las comunidades en la región que están recibiendo una cantidad cada vez mayor de refugiados y migrantes  de Venezuela. Con un estimado de 2.300.000 venezolanos viviendo afuera, más de 1.600.000 han abandonado su país desde el año 2015, el 90% de los cuales se ha dirigido a países suramericanos.

Grandi y Swing elogiaron a los países de la región por haber recibido tan generosamente a los nacionales de Venezuela que llegaron a sus fronteras. No obstante, ambos expresaron su preocupación por varios hechos recientes que han afectado a los refugiados y migrantes venezolanos. Estos incluyen nuevos requisitos de pasaporte y entrada fronteriza en Ecuador y Perú, como así también una serie de modificaciones a los permisos de residencia temporaria para los venezolanos que se encuentran en Perú.

Mientras el Defensor de la Dictadura en Venezuela afirma que el fenómeno de la migración masiva no existe, su contraparte en Ecuador recurrió a los tribunales para oponerse a que se pongan trabas al ingreso de venezolanos y venezolanas a ese país y exhortó se activen todos los mecanismos establecidos por el sistema internacional de protección de derechos humanos. Dos actitudes totalmente opuestas.

Prensa Provea