“Ellos dijeron NO, como una rotunda afirmación de continuar defendiendo su autonomía para ser leales a su moral social”, escribe la periodista Marianela Balbi en torno a Crónicas insumisas. “Decir NO significa resistirse al silencio, sostener la mirada, levantar la cabeza de nuevo, curarse las heridas y seguir haciendo lo que eligieron como algo para dedicarle la vida: el periodismo, oficio de escrutinio, de denuncia y como una fuerza de contrapoder”.
Estas palabras interpretan el espíritu de este trabajo de largo aliento que desemboca en una exposición del Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela, IPYS Venezuela, en alianza con la Embajada de Canadá, La vida de nos, la ONG y El Anexo, en la que se presenta un repertorio de crónicas y fotografías en las que se aborda la vida de periodistas que han sufrido violaciones a la libertad de expresión. Se trata de profesionales del periodismo que, a pesar de haber sufrido persecuciones, amenazas, golpizas y detenciones, a riesgo de su vida y su libertad, se niegan a doblegarse. Son periodistas que insisten en ejercer su oficio en unas condiciones extremas, y cuyas historias individuales dan cuenta de un sistema estatal que busca suprimir las voces críticas. Sobre todo aquellas que relatan la corrupción, la violencia, el narcotráfico, el hambre, el desabastecimiento y la crisis de salud que afectan el derecho a la vida de los venezolanos, situación que el Estado se empeña en ocultar.
Crónicas insumisas aborda las tramas que develan vidas de periodistas y gerentes de medios, editores y caricaturistas que se han negado a renunciar a su derecho a la libre expresión, incluso dentro de un clima de adversidad que en muchos casos pone en riesgo también las vidas de los suyos. “Los buscamos en cada extremo de Venezuela, seguimos sus pasos fuera de ella y los encontramos… Aquí contamos sus historias, retratamos sus heridas, relatamos sus miedos, exaltamos su coraje”, escribe Marianela Balbi, periodista y directora ejecutiva de IPYS Venezuela.
Qué, quién, dónde y cuándo
La exposición, que inaugura este próximo domingo 25 de febrero a las 11 de la mañana en la galería El Anexo (Alta Florida), y un microsite alojado en el portal de www.ipysvenezuela.org, son la concreción de este trabajo que incluye crónicas escritas y fotografías, en el que participan corresponsales de la organización y periodistas invitados. Son historias de individuos con nombres y apellidos, que persisten en la travesía de abrirse camino en plataformas -incluso no convencionales- que les permitan insistir en su oficio. Es un trabajo colaborativo que contó con el apoyo de 22 destacados periodistas, fotógrafos y editores, quienes se acercaron a casos emblemáticos de violaciones de la libertad de expresión.
Con mirada fresca IPYS Venezuela presenta once intentos por asfixiar al periodismo en Venezuela, desde las historias de Teodoro Petkoff, Roberto Weil, Edo y Rayma, David Natera, Braulio Jatar, Carolina González, diario El Católico (en la voz de Laureano Ballesteros), Indira Lugo, Inti Rodriguez, Jesus Urbina y María José Túa, y las experiencias de resistencia del portal de noticias indígenas Tane Tanae, y los esfuerzos para vencer la censura que ha emprendido el Bus TV.
El proyecto muestra a través de diversas facetas, un patrón que ha buscado podar el periodismo como una oficio de escrutinio, de denuncia y como una fuerza de contrapoder. Los casos cuentan con la escritura narrativa de Hugo Prieto, Juan José Faría, Clavel Rangel, Ana Carolina Arias, Heberlizeth González, Daniel Pabón, Ana Karolina Mendoza, Johanna Osorio Herrera, Alba Ysabel Perdomo, Nayrobis Rodríguez y Erick Lezama. El trabajo lo acompañan las miradas de los fotógrafos Martha Viaña Pulido, Gabriela Carrera, Vladimir Marcano, Leo Alvarez, Rodrigo Picón, William Urdaneta y Carlos Eduardo Ramírez.
Crónicas insumisas también contó con el aporte editorial de Albor Rodríguez y Héctor Torres y la curaduría abierta del fotógrafo Nelson Garrido, así como con la coordinación de Marianela Balbi y Mariengracia Chirinos, de IPYS Venezuela. Este nutrido grupo conformó una mesa de trabajo a lo largo de seis meses para registrar a profundidad las historias que se esconden detrás las estadísticas de agresiones, impedimentos y hechos de censura en el país. Juntos construyeron estas evidencias que apuestan a luchar contra en el olvido y preservar la memoria del rumbo del periodismo en Venezuela.
El Anexo está ubicado en la Av Chaguaramos, Santo Niño de Praga, Alta Florida, frente a Hidrocapital.
Prensa Instituto Prensa y Sociedad Venezuela