Pocos espacios del país poseen tanta legitimidad y pertinencia histórica para simbolizar la resistencia y los anhelos de transformación social de los venezolanos como el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Bajo las nubes de Alexander Calder, un Aula Magna repleta de la más variada representación de la sociedad civil venezolana, coreo este martes las consignas de siempre reivindicando el libre pensamiento y la pluralidad, y exigiendo el retorno a la democracia en medio del avance oscurantista del militarismo madurista.

El acto por la democracia: «Venezuela no se rinde, es hora de cambiar», organizado por gremios, sindicatos, estudiantes y organizaciones de la sociedad civil, reunió en la casa que vence las sombras a más de 3.500 personas entre trabajadores, estudiantes, profesionales, activistas sociales y políticos, con la intención de enviar un mensaje de unidad y esperanza para ratificar el compromiso de luchar por la democracia y los derechos humanos.

«Dale Letra», «Las Piloneras» y otras expresiones organizativas de protesta pacífica, animaban la previa al evento en la Plaza Cubierta de la UCV como un preludio del espíritu de esperanza, optimismo y resistencia que marcaría toda la actividad. El orfeón universitario inauguró la jornada entonando el himno nacional para dar paso a las palabras de bienvenida de la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, quien reiteró el papel de la Universidad venezolana en la construcción de la democracia y la defensa del pluralismo político.

«En esta Aula Magna están presentes todos, los que creen en el marxismo y los que defienden el liberalismo, los trabajadores del campo y la ciudad. Todos defendiendo el libre pensamiento», expresó Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV (APUCV), organizador y moderador del evento, y añadió antes de dar inicio a los derechos de palabra: «el país nos necesita a todos, nuevas luchas vendrán y esperamos contar con todos».

Una variada representación del mundo sindical, gremial y estudiantil asumió el derecho de palabra en el primer bloque de intervenciones. El mensaje común fue la necesidad de articular las luchas, promover la solidaridad y enfrentar por las vías pacíficas y constitucionales el avance de la dictadura en Venezuela. «¡Ninguna intervención extranjera!. Será la lucha del pueblo venezolano la que derroque la dictadura y la tiranía», dijo José Bodas, Secretario General de la Federación de Trabajadores Petroleros de Venezuela (FUTPV) en uno de los discursos más encendidos y ovacionados del evento.

Mientras se desarrollaba el acto de forma pacífica, la dictadura rodeaba las entradas de la UCV con efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y equipos antimotines, en una clara demostración de su cariz autoritario y represivo. Pero eso no importó, el mensaje era resistir ahora y siempre.

Educadores, empresarios, disidentes del proyecto político bolivariano, activistas sociales y políticos, dirigentes estudiantiles y sindicales, periodistas y miembros de la iglesia católica, se comprometieron a luchar unidos por el rescate de la democracia en Venezuela. «No estamos dispuestos a seguir viviendo así, es hora de cambiar» exclamó emocionada la dirigente sindical y docente Raquel Figueroa. Por su parte, en un claro mensaje de compromiso por parte de la iglesia venezolana con la democracia, el sacerdote jesuita y Rector de la Universidad Católica Andrés Bello, José Virtuoso, expresó la necesidad de cambiar el rumbo del país: «decimos desde el dolor del pueblo, necesitamos cambiar de gobierno y de modelo. Exigimos el derecho a vivir en democracia».

Al cierre de la jornada se leyó una proclama unitaria que plasma el aliento y las aspiraciones de esta iniciativa ciudadana, que nació de las preocupaciones de cientos de venezolanos ante el aumento del hambre y la pobreza, la represión y el autoritarismo, la entrega de las riquezas a las transnacionales, la corrupción y la indolencia del gobierno ante la crisis, y el cierre de la democracia en nuestro país.

Reproducimos la proclama:

VENEZUELA UNIDA NO SE RINDE*
*¡Es hora de cambiar!*
Venezuela, cuánto dolor se acumula en el sufrimiento de tus hijos, cuánta miseria, cuánta hambre, cuánta ruina material, institucional, moral y humana va dejando a su paso el delirio fanático de imponer a tu gente —al obrero, al profesional, al técnico, al estudiante, al ama de casa, al maestro, al universitario, al industrial, al comerciante, al cuentapropista, al agricultor, al desempleado, en fin, a quienes sobrevivimos en tu suelo— un régimen político y económico abiertamente en contra de la democracia, el progreso y la libertad.
Nunca, en la última centuria de nuestra historia, habíamos padecido una catástrofe similar, ni habíamos tenido por delante la amenaza de continuar empeorando, pues quienes se enquistaron en el poder son incapaces de cambiar y pretenden perpetuarse como sea. El fraude constituyente es la máquina infernal encargada de sepultar la soberanía popular y el voto libre, pretendiendo acabar con la escasa institucionalidad democrática que queda y con la vigencia de la Constitución.
Los que hoy estamos aquí, representantes de esa Venezuela empobrecida pero honesta y valiente, hemos decidido sobreponernos a fracturas, éxodo, división, desesperanza y tristeza para convocar a la Unidad Nacional; a sumar esfuerzos para derrotar al gobierno encabezado por Nicolás Maduro y evitar la continuación de esta espantosa tragedia humana. No hay más tiempo para quienes dilapidaron la más grande fortuna que nos ha proporcionado la renta petrolera y ahora también la explotación del arco minero. No hay más tiempo para la autocracia y el hambre.
Este acto y este manifiesto son un compromiso con el futuro y con el cambio político, con la justicia, la libertad, la igualdad, la democracia y la dignidad. Desde ya comenzaremos a dar nuestra contribución para crear el ánimo, el espíritu y la fuerza que puedan hacer realidad los deseos de cambio de nuestro pueblo.
Exigimos la inmediata activación de la ayuda humanitaria en alimentos y medicinas, así como la aplicación de una política económica que acabe con la hiperinflación y la especulación destructoras del poder adquisitivo de nuestros ingresos, que favorezca el desarrollo productivo, la multiplicación del empleo decente y mejore sustancialmente los salarios reales. Una política que proporcione recursos suficientes para garantizar educación de calidad, un amplio y eficaz sistema de seguridad social y servicios de salud seguros y eficientes.
En fin, asumimos el compromiso de transformar el país de este lugar inhóspito y hostil que es hoy en un espacio para la vida, la alegría, el estudio, el trabajo enaltecedor, la convivencia y la solidaridad que pueda traer de nuevo a nuestro suelo a los millones de compatriotas que han huido de esta catástrofe, y dar la libertad plena a presos políticos, perseguidos y judicializados.
Venezuela unida no se rinde y exige que se restablezca la institucionalidad democrática, el equilibrio de poderes, la plena vigencia de la Constitución. Es la hora del cambio, la hora del protagonismo del pueblo, del ejercicio libre del derecho al voto, con un árbitro imparcial y en las condiciones y plazos previstos en la ley, que permita votar para elegir. Es la hora de impulsar y darle fuerza a formas organizativas unitarias e incluyentes cuya conformación resulte de un amplio consenso.
Desde el Aula Magna de esta casa que vence la sombra, invocamos la rebeldía y el espíritu libertario de la generación de 1928, aquella que sembró la esperanza democrática en la lucha contra la dictadura de Gómez. Hacemos nuestras las banderas de la juventud, del movimiento estudiantil, del movimiento obrero, de los partidos democráticos y de los soldados que unidos hicieron posible la derrota de la dictadura de Pérez Jiménez en 1958. La hora de los cambios contra toda imposicióndespótica y autoritaria ya está andando. Aquí nadie se rinde. Convocamos a quienes comparten estas ideas a la activación inmediata para reestablecer la plena vigencia de la Constitución y emprender la irrenunciable tarea de reconstruir el país.
Que los jóvenes y los profesionales refuercen su arraigo en nuestra maravillosa tierra y se sumen a esta noble y titánica tarea. Que las mujeres continúen en su insustituible actitud de valentía ante la injusticia y en defensa de la familia y de los valores. Que las universidades profundicen su esencia como espacio de la pluralidad de pensamiento, del saber científico y humanístico al servicio de la nación. Que los partidos políticos expongan sus mejores análisis y propongan nuevas iniciativas para luchar juntos. Que los ciudadanos nos organicemos más y mejor para plasmar en la realidad el protagonismo social y la autonomía popular. Que los sindicatos, colegios profesionales y gremios multipliquen sus iniciativas en defensa de sus afiliados y de los trabajadores en general. Que los industriales, agricultores y comerciantes afiancen su determinación de continuar elevando las capacidades productivas en el marco del rescate de nuestra soberanía económica y de la satisfacción de los requerimientos de la población.
Saquemos las mejores fuerzas de nosotros mismos para abrir los caminos del progreso, la democracia y la libertad. Vayamos a la lucha por salir de este nefasto gobierno.
*Venezuela unida no se rinde.*
*El cambio es por una vida digna, progreso y libertad.*

Prensa Provea