El internacionalista y especialista en DDHH sostuvo que el ataque a los indígenas pemones en Santa Elena de Uairén mostró la faceta más represiva de Nicolás Maduro y que el caso debe llevarse a las instancias internacionales. Aseguró que una intervención bajo el principio de la responsabilidad de protección no será posible por los vetos de Rusia y China
José Luis Carrillo
Aunque mucha de la atención tanto, en Venezuela como a nivel internacional, se concentró en el intento de ingresar la ayuda internacional a través de la frontera con Colombia, fue el suceso registrado en Santa Elena de Uairén, estado Bolívar, en la frontera con Brasil, el que podría sustentar las solicitudes de acción por parte de la comunidad internacional por la violación de derechos humanos, especialmente contra la etnia pemón que habita en el lugar.
Esta apreciación la comparte el internacionalista Andrei Sebin, especialista en DDHH y política exterior, quien en entrevista con TalCual señaló que el caso requiere ser documentado para que sea considerado en las instancias internacionales.
“Lo que vimos el pasado fin de semana fue que lo que prometía ser un día D terminamos viendo que, dadas las circunstancias actuales, es una situación que se va continuar prolongando. Sin duda vimos nuevamente la faceta más represiva del gobierno de Maduro, no solo por los acontecimientos específicos en torno al cruce de la ayuda humanitaria en el área Colombia pero sobre todo por la situación que se dio en el sur del país en la frontera con Brasil, en la cual quedó claro el empleo de armas de guerra contra la población civil, comprobado por la gran cantidad de muertos y heridos por herida de bala, lo cual demuestra que el régimen todavía sigue considerando la represión como una herramienta importante para avanzar sobre sus objetivos”, explicó Serbin durante la conversación telefónica.
Sostuvo que definir qué fue lo que pasó con la ayuda humanitaria en la frontera con Colombia y la quema de los camiones es complicado porque fue un episodio bastante confuso que se ha prestado para que los dos lados (gobierno y oposición) generen varias acusaciones. “Determinar que la destrucción de la ayuda humanitaria fue una accionar adrede de alguna de las dos partes es muy difícil. Dudo que pueda generar impacto que pueden querer que se genere, tanto del gobierno como la oposición de la comunidad internacional”.
En su opinión si se habla de DDHH el ejemplo de lo que ocurrió en la frontera con Brasil es un ejemplo más claro de violación sistemática de los mismos contra un grupo específico, en este caso los pemones “y eso sí debería tomarse en consideración en el contexto de las acciones internacionales que se pueden hacer en la materia y sobre todo es algo que se debe ir documentando para cuando se haga llegar a las instancias internacionales correspondientes”.
– Se ha hablado de la necesidad de aplicar la política de responsabilidad de protección. Llevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU
– Técnicamente la política de responsabilidad de proteger se está aplicando, porque el principio tiene tres pilares, uno la responsabilidad de los estados de prevenir la perpetración de crímenes atroces contra la población; dos, la responsabilidad de la comunidad internacional de actuar cuando los estados no puedan cumplir con esa responsabilidad, y la tercera instancia es cuando un estado se reúsa a cumplir con esa responsabilidad, que es cuando la comunidad internacional tiene que tomar medidas coercitivas para asegurar el resguardo de esa población civil. Cuando vemos que la comunidad internacional coordina acciones, busca presionar al gobierno venezolano para que cese la violación de los DDHH esto ya es aplicación de la política de responsabilidad de proteger, es la comunidad diciendo ‘esto que está ocurriendo en Venezuela, esta violación sistemática de los derechos humanos es inaceptable’. Ahora la tercera instancia, la intervención militar, hay una razón por la que no vemos que pueda ser aplicada y es que requiere la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, eso es muy claro.
En opinión de Serbin, en el contexto internacional actual, el consejo de seguridad no lo va aprobar. Rusia y China van a vetar la resolución por lo que cualquier intervención que utilice el lenguaje del principio de la responsabilidad de proteger no va a ser tal porque no va a contar el aval de una resolución. “Ese es el problema que hay para aplicar la responsabilidad de proteger, sería una intervención, puede ser de diferentes formas, pero no sería responsabilidad de proteger”.
– ¿Si no estuviera el veto de China y Rusia, considera que Venezuela calificaría para este tipo de acción?
– Lo que se podría considerar es que hay un accionar sistemático del gobierno venezolano de violación sistemática de los derechos humanos y la perpetración de crímenes de lesa humanidad que es uno de los crímenes contemplados en la responsabilidad de proteger. La idea de que el Consejo lo apruebe es para evitar el abuso del principio como lo ha hecho Rusia, por ejemplo, cuando inició la guerra de Georgia en 2008 o la anexión de Crimea, utilizaron el lenguaje de la responsabilidad de proteger para justificar esas acciones, y todos sabemos que en esos contextos no era para hacer respetar los derechos humanos sino avanzar sobre sus propios intereses. Aún cuando haya una violación sistemática de los derechos humanos es difícil aplicar el principio de responsabilidad de proteger sin una resolución del Consejo de Seguridad.
– EEUU solicitó una nueva reunión del Consejo de Seguridad de la ONU ¿Tiene la comunidad internacional alguna otra opción que buscar en el caso Venezuela?
– Me parece que herramientas disponibles siguen habiendo, (también) elementos que pueden llevar a una actuación militar por parte de EEUU. Que tenga que aprobarlo en el Consejo de Seguridad no significa que EEUU deje de considerarlo como una opción. Ya en el pasado ha intervenido en varios países sin aprobación del Consejo de Seguridad.
– ¿Sobre el tema de la ayuda humanitaria hemos visto que la Cruz Roja afirmó que no califica como tal y por eso no participó del proceso para recepción o distribución? Pero desde la oposición se señala que el no permitir su ingreso viola la Convención de Ginebra
–Sobre la primera parte de la pregunta debo decir que es cierto. En el momento que la oposición venezolana reconoció que la ayuda humanitaria también era una herramienta para forzar un quiebre entre Maduro y la Fuerza Armada, reconocieron que no es ayuda humanitaria porque esta debe estar al margen de objetivos políticos. Podemos estar de acuerdo en la necesidad de desplazar a Maduro, pero la ayuda dejó de ser humanitaria y por eso organismos como la Cruz Roja Internacional no quieren participar del proceso de distribución de la ayuda porque considera que la misma se está haciendo con un objetivo político, lo que no significa que se desconozca que en Venezuela hay una emergencia humanitaria, está claro y es indiscutible.
«Lo que tiene que ver con la convención de Ginebra me parece alejado. No estamos en el contexto de un conflicto armado. Lo que sí se puede argumentar es que, siendo estos insumos (la ayuda) tan necesarios, (su bloqueo) es parte de las acciones del gobierno venezolano atentando contra la población civil negando acceso a comida y medicamentos, como los que estarían ingresando por intermedio de la ayuda. En ese sentido, los argumentos y responsabilidades del Gobierno venezolano van más allá del cumplimiento de sus propias obligaciones y la decisión explícita de negar a la población el acceso a bienes esenciales».
–¿Cree que EEUU estaría dispuesto a actuar militarmente contra Venezuela sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU? Lo ha hecho en Libia, Siria
–Creo que sí. Cada día que pasa sin soluciones pacíficas más se contribuye a que haya algún tipo de acción militar en algún momento. Sobre todo porque hay que considerar que hay varios actores dentro de este conflicto que ven la posibilidad de un conflicto bélico como una alternativa viable o incluso favorable para sus propios intereses. Empecemos con el gobierno venezolano, que se encuentra en compleja crisis doméstica que incluye divergencias dentro de las Fuerzas Armadas con y puede llegar a considerar la opción de externalizar la crisis, para evitar perder ese apoyo y cohesionar a la Fuerza Armada creando enemigo externo, uniéndola frente a ese enemigo externo. Nos referimos a esto como una malvinización del conflicto.
“Fuera de Venezuela vemos que hay actores interesados desde el punto de vista de Colombia, tenemos el gobierno de (el presidente neogranadino, Iván) Duque, asesorado por (Álvaro) Uribe que ven como factible, incluso beneficioso políticamente algún tipo de conflicto armado con Venezuela, recordemos que la Fuerzas Armadas de Colombia vienen presionando postular a Venezuela como una hipótesis de conflicto una vez que firmaron el acuerdo de paz con la FARC, entonces hay un interés propio sobre el rol y presupuesto de la FA de que se perciba a Venezuela como una amenaza, y luego está el gobierno de Trump que muy explícitamente ha dicho que existe sobre la mesa la opción militar y mantiene un discurso que es bastante belicoso. El riesgo que tenemos es que los intereses de todas estas partes lleve a que la confluencia de esos factores produzca una intervención militar o un conflicto que empiece de otra manera. Es muy factible una escaramuza en la frontera que escale en un conflicto entre Venezuela y Colombia y que de paso a que EEUU salga “a la protección de su aliado colombiano”.
–¿Es posible que en la FAN y el propio gobierno no vean como creíble o inminente una intervención militar por parte de EEUU? ¿Cuáles serían los indicadores de que ello es inminente?
– Todo depende mucho de la naturaleza y objetivos específicos de esa intervención. EEUU podría ejecutar fácilmente una campaña aérea sobre Venezuela por la proximidad. Estamos hablando de 2.000 kilómetros de distancia. Lo que no significa que exista la capacidad de llevar adelante una intervención terrestre. Cuando se planifica una intervención terrestre se hace un despliegue de tropas en países vecinos, con la movilización de buques de la armada y el armado de nuevas bases e instalaciones.
“Entonces, los indicadores pueden ser varios. Si es netamente basada en acciones aéreas van a haber mucho menos indicadores porque la cercanía geográfica permitiría hacer este tipo de operaciones sin grandes condiciones de soporte logístico. Si se está planificando una intervención terrestre veríamos el armado de instalaciones logísticas para sustentar las unidades que necesitarían desplegarse», añadió.
Señaló que actualmente se observan indicadores normales. «EEUU utiliza, ante situaciones de conflictividad, operaciones como hemos visto, el empleo de aviones de vigilancia electrónica. El sábado (23 de febrero) se vieron dos vuelos sobre costas venezolanas, eso permite ir mapeando las unidades de defensa aérea y radares de la FAN, lo que no significa que el conflicto sea inminente; es una precaución para que dada la necesidad de si se llega a las instancias que se requiera accionar un instrumento militar se tenga la inteligencia recopilada para hacerlo; pero es muy difícil prever cómo cuando se darían acciones militares por parte de EEUU».
Entrevista realizada en el marco de la alianza Tal Cual | Provea