Venezuela ha sufrido durante los últimos años una crisis multidimensional que afecta en gran escala a su población, esta crisis ha agudizado las fallas en los servicios básicos como agua potable, electricidad, gas doméstico, internet e incluso acceso a alimentos. Las regiones venezolanas son las más golpeadas, no solo por su distancia de las capitales y oportunidades, sino por el aislamiento forzado del que han sido víctimas a medida que pasa el tiempo.
Mientras que en Caracas los ciudadanos pueden hacer algo tan elemental como encender el televisor, consultar por teléfono el precio de un medicamento o hablar con sus amigos, en estados como Amazonas esto no es posible. La falta de electricidad sucede a diario, no hay señal telefónica y las comunicaciones son escasas: Las fallas son constantes, el aislamiento es total.
Amazonenses e indígenas golpeados
Los amazonenses cada día ven más mermada la esperanza de mantenerse en su tierra ancestral que los vio nacer. En medio de la crisis económica que atraviesa Venezuela les toca luchar para conseguir lo más elemental: comida y medicamentos. Las constantes fallas en los servicios básicos y la pandemia los golpean a diario, una realidad de Venezuela de la que Amazonas no escapa.
Amazonas tiene la mayor población indígena en Venezuela, sus habitantes hacen de su día a día un viaje para conseguir los alimentos básicos, la carencia de servicios básicos que hay en la entidad es uno de los más grandes problemas que enfrentan las familias indígenas y no indígenas.
La población confiesa sentirse abandonada por las autoridades nacionales, regionales y municipales a quienes les compete atender las fallas que denuncian los usuarios en los pocos medios de comunicación que existen en Puerto Ayacucho, capital de Amazonas.
Servicios básicos de calidad como electricidad, agua potable, salud, saneamiento ambiental combustible, alumbrado público, gas doméstico, telecomunicaciones, entre otros, son las principales exigencias que hacen cientos de ciudadanos a diario por todas la vías posibles, incluso han realizado acciones de calle para llamar la atención de los entes competentes.
Muertes ignoradas
Niños y ancianos han fallecido por desnutrición y cada día se registran más casos, decesos sobre los cuales las autoridades regionales poco o nada informan. Niños mueren por no tener alimentos, los adultos mayores mueren por falta de medicinas o complicaciones asociadas a la desnutrición que padecen.
La Asociación Civil Kapé-Kapé, Observatorio de Derechos Humanos Indígenas, recientemente publicó la muerte de un niño y una anciana quienes fallecieron por desnutrición en una comunidad indígena de Amazonas.
La desnutrición infantil no es nueva, médicos del hospital Dr. José Gregorio Hernández alertaron en 2018 sobre los graves índices de mortalidad: más de 30 infantes habían fallecidos por complicaciones asociadas a la desnutrición. Por las vías oficiales no se supo más de ese tema.
Crisis de combustible agudizada
La situación del combustible cada vez empeora más, no es constante la distribución, a ello se le suma la asignación cuando hay de sólo 20 litros para los vehículos particulares, 7 litros para las motos, 40 litros para el transporte público y de carga. El despacho se realiza a través de un cronograma especial que elabora la empresa estadal Combustibles Amazonas.
La cantidad que surten es insuficiente, obligando a los transportistas a comprar el líquido en el “mercado negro” a precios exorbitantes o en moneda extranjera, lo que ocasiona el aumento del pasaje. Los más afectados son los usuarios, quienes además de la falta de efectivo para el pasaje, deben caminar largas horas al día para llegar a sus destinos. Los indígenas deben hacer caminatas de días completos por vivir en las comunidades más alejadas.
La falta de agua potable
Por otro lado, la falta de agua potable es un mal en la mayoría de los sectores de la capital, hay barrios que no cuentan con agua por tuberías y tienen que cancelar 300 mil bolívares semanales por mil litros de agua al la empresa estadal Hidrológica de Amazonas (HidroAmazonas), quienes a través de cisternas llevan el agua sólo a los usuarios que cancelan.
El agua es un servicio básico y vital para el ser humano. Algunos ciudadanos afirman que por más de 40 años han sufrido los golpes de la falta de agua potable en sus vidas.
“Tenemos que comprar el agua a la empresa HidroAmazonas, pero es insuficiente para los quehaceres del hogar, aparte de costoso, tomando en cuenta el bajo salario que percibimos los venezolanos. Han dicho que están trabajando para mejorar el servicio, espero estar vivo para ver ese trabajo cristalizado, tienen años en eso”.
José Baldri
El señor José Baldri tiene más de 28 años viviendo en Amazonas y nunca ha tenido agua por la red de tuberías. Amazonas cuenta con cientos de ríos, pero los habitantes padecen la falta de agua potable.
Una persona necesita entre 50 y 100 litros de agua al día para que se puedan garantizar sus necesidades más básicas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La escasa disponibilidad de agua potable y la deficiente gestión de los recursos hídricos, acentúan las desigualdades en Venezuela. Las poblaciones más vulnerables y en condición de pobreza son los más perjudicados.
El colapso generalizado de los servicios públicos y las constantes interrupciones en el servicio de agua en Venezuela se siguen produciendo a pesar de los grandes recursos asignados por el Gobierno desde el 2013. La falta de mantenimiento de las redes de distribución de agua potable y de las conexiones domiciliarias provoca pérdidas de 5.400 litros por segundo de agua ya tratada, según Hum Venezuela.
Sin aseo urbano
Pero el agua no es el único problema al que debe sobreponerse el amazonense en su vida, sino también a la falta de recolección de los desechos sólidos en calles y avenidas de distintos sectores, la basura está a la vista de las autoridades sin que estas tomen acciones para resolver la insalubridad.
No cumplen con la recolección, los que ocasiona problemas de salud y daños ambientales, según los propios habitantes de Amazonas.
Estas denuncias son constantes en todo el país, un servicio que debería ser constante pasa a ser ocasional. La basura y la contaminación forman parte del paisaje, las autoridades no actúan.
Sin comunicaciones
Otro servicio que empeora cada vez más en la región sur de Venezuela son las telecomunicaciones, la telefonía local e internet a través de Cantv -empresa nacionalizada- es la que más falla para brindar servicio.
El corte de fibra óptica es común y afecta la telefonía móvil. Delincuentes se han dedicado a realizar cortes y hurtos del cableado entre el estado Apure y Amazonas, lo que deja totalmente incomunicado al estado, afectando a la colectividad por horas e incluso días.
Las consecuencias de los cortes de fibra óptica van desde la paralización del comercio formal hasta familias sin poder alimentarse por no tener cómo utilizar sistemas de pago, puntos de venta, pago móvil o transferencias. El efectivo es imposible ya que casi nadie lo posee. Los amazonenses no pueden garantizar la alimentación de sus familias porque adquirir rubros es cada día más cuesta arriba.
Hay sectores que tienen hasta 5 años sin el servicio, pero sus usuarios continúan pagando sin disfrutar de la conexión por temor a quedarse sin línea telefónica. Los afectados se han organizado en comités de telecomunicaciones para solicitar a las autoridades que agilicen los trabajos y solventen las reconexiones.
“Pasamos horas en cola, esperando la señal para poder llevar la comida a nuestros hogares, este tema es recurrente en Puerto Ayacucho y solución no la vemos ya que la avería siempre se presenta en el estado Apure, según información de las autoridades locales” Juan Carlos Mendoza uno de los habitantes afectados, las interrupciones en las telecomunicaciones generan gran preocupación en la colectividad, la caída del sistema impide realizar las compras diarias.
Los ciudadanos se unen para defender sus derechos
En agosto del 2020 se constituyó el comité de usuarios de los servicios básicos (Unidos por Amazonas) desde entonces han acudido a distintas instancias con competencia en el tema para canalizar y ayudar a mejorar la grave crisis que existe. Son muchos los problemas y poca la disposición de las autoridades por mejorarlos, los amazonenses cada día se sienten más desesperanzados.
“El acceso al agua es un derecho humano contemplado por Naciones Unidas, pero Amazonas no lo tiene garantizado en su totalidad” Así lo afirma Argelio Guzmán, vocero del comité.
La falta de gas doméstico lideró la mayor cantidad de protestas registradas en la entidad para 2020, en la mayoría de los hogares se cocinaba con leña.
Lo que se vive en Puerto Ayacucho es el reflejo de una larga historia de carencias que desde hace años padecen los municipios de interior del Estado: pasan meses sin electricidad, no consumen agua potable sino de las corrientes fluviales que les rodean, el combustible es un privilegio.
“Las autoridades han demostrado su incapacidad para cumplir con sus obligaciones. Es casi nula la respuesta para quienes padecen todas estas carencias en materia de servicios en el Estado, tanto así, que hay quienes califican a quienes llaman a exigir sus derechos desestabilizadores. Vemos con preocupación esta indefensión a la que están sometidos los amazonenses”
Argelio Guzmán
Las regiones venezolanas están a la deriva y el abandono. La crisis se vive en Caracas, pero se agudiza gravemente en el interior de Venezuela. Las autoridades y el Gobierno de facto de Maduro han dejado a la población a su propia supervivencia. No se debe permitir que se normalicen las peores condiciones de vida, por lo que los ciudadanos deciden unirse y reclamar por sus derechos. La calidad de vida no debería estar extinta.
A través de estos reportes Provea busca sensibilizar y visibilizar lo que sucede en el interior de Venezuela. No olvidemos a las regiones, sus dificultades son mayores y su aislamiento facilita el abandono,
Prensa Provea