Virgilio Trujillo Arana fue un joven activista comprometido con la protección integral del territorio frente a la explotación ilegal por parte de grupos armados, por lo que fue asesinado el 30 de junio de 2022.
Tenía 38 años y fue uno de los pioneros en formar las guardias territoriales indígenas, grupos dedicados a luchar por la defensa de sus tierras y condenar la minería ilegal en sus territorios ancestrales.
El valor de la tierra lo aprendió de sus ancestros y lo reforzó con estudios en agronomía que no pudo terminar. Con la aprobación de los sabios y sabias que lideran su comunidad, Trujillo Arana empezó a formar a jóvenes como guardianes territoriales indígenas. Logró sumar a más de 100 defensores en el sector Sipapo.
Pero el miedo y la falta de ingresos económicos para sostener la iniciativa provocaron que unos cuantos aceptaran las ofertas de los extractivistas y los grupos armados irregulares y se unieran a sus filas.
Trujillo Arana se opuso a todo eso y resistió, pese a las amenazas que recibía a diario. Por ese acoso, su esposa se vio obligada a retornar a la comunidad Sardinita, ubicada en la cabecera del río Autana.
También fue emprendedor. Hacía chocolates artesanales con copoazu, una especie de cacao blanco originario de la Amazonía, que luego vendía.
Quienes lo conocieron lo describen como una persona organizada y responsable, también como un luchador del Autana.
El intento por silenciarlo
Virgilio salía de una reunión en la sede de la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas (Orpia) y decidió caminar hasta el lugar donde se estaba quedando en Puerto Ayacucho, capital del estado.
Presuntamente sujetos a bordo de un carro (el mismo vehículo que minutos antes había dado una vuelta por el barrio buscándolo), lo obligaron a montarse y lo amarraron, llegaron hasta otro sector, lo bajaron y le dispararon en la cara.
El líder indígena participaba, como miembro de la Organización Indígena Piaroas Unidos del Sipapo (Oipus), de las actividades de la Guardia Indígena Territorial de su comunidad, luchando por mantener su territorio libre de la extracción de minerales y de la presencia de fuerzas irregulares de la guerrilla colombiana que operan en la zona.
Esta situación irregular, fue denunciada por Odevida en diciembre de 2021 en el “Informe sobre ambiente y territorio en Venezuela: Las consecuencias del extractivismo en Venezuela: ecocidio y violencia”, donde se afirma que: “En junio de 2013 la Organización Indígena Piaroas Unidos del Sipapo (Oipus) notificó al Ministerio Público y a la Defensoría del Pueblo la situación, pero esas instituciones no realizaron ninguna acción.
“Posteriormente en diciembre acudieron a la Fiscalía General de la República y a la Asamblea Nacional para reiterar su denuncia sobre la presencia de mineros ilegales, trasnacionales mineras y guerrilleros de las FARC en territorio venezolano, sin lograr tener un derecho de palabra ante esa instancia parlamentaria.”
Cinco días después de su asesinato, el director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico aseguró que fue “un crimen atroz” y que detrás había grupos “narcotraficantes y paramilitares”.
Ese mismo día, el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Remigio Ceballos, coincidió con Rico en Twitter sobre el reforzamiento de las averiguaciones.
“He ordenado reforzar los equipos de trabajo y ampliar la investigación para dar con los agresores y ponerlos a orden de la justicia, como garantía de paz del pueblo amazonense”, escribió sobre el caso.
El 15 de agosto, líderes y organizaciones indígenas exigieron ante la sede del Ministerio Público del estado Amazonas, el esclarecimiento del crimen, luego de dos meses de impunidad. Los manifestantes entregaron un documento ante el órgano, en el que pidieron que se dé con los culpables y se castigue el asesinato de Virgilio Trujillo Arana.
En septiembre, trascendió que el Ministerio Público había adelantado acusaciones contra los presuntos responsables del hecho, e incluso, el propio director del CICPC informó en redes sociales que realizaría una rueda de prensa para anunciar los resultados de la investigación y señalar a los presuntos responsables del asesinato.
Pero, ese anuncio nunca se concretó y la publicación fue retirada de las cuentas del CICPC y de las redes sociales del Douglas Rico.
Para noviembre, luego de cinco meses, ni los anuncios oficiales ni las presiones de los indígenas y las organizaciones defensoras de derechos humanos, han logrado que el asesinato de Virgilio Trujillo Arana se haya esclarecido y que los responsables respondan ante la justicia.
En 17 de enero de este año, la Organización Regional de Pueblos Indígenas de Amazonas (Orpia) y sus organizaciones aliadas exigieron –de nuevo- justicia no solo para el caso de Virgilio, sino para los 4 yanomamis asesinados en marzo de 2022.
Orpia exigió a las instituciones del Estado celeridad y dar solución a estos crímenes e informar sobre los avances o determinar culpabilidad de los responsables.
Esta organización el 12 de octubre de 2022 también había solicitó, a través de un oficio dirigido al Ministerio Púbico y al Magisterio de Pueblos Indígenas, el estatus de la investigación para así informar a los familiares sobre el avance de amabas investigaciones; sin embargo, hasta la fecha no se ha recibido información sobre la solicitud.
Según los registros de la ONG Provea, al menos 47 indígenas pertenecientes a los pueblos Pemon, Warao, Jivi, Yanomami, Piaroa y Wayúu, han sido asesinados por agentes de la fuerza pública y actores no estatales -incluyendo presuntos miembros de disidencias de las FARC y el ELN-, desde 2010, en diversos conflictos que se han desarrollado en territorios indígenas bajo control militar o disputados por gobernanzas criminales.
Su voz no se apaga
“Cuando los ángeles lloran, lluvia cae sobre la aldea, lluvia sobre el campanario, pues, alguien murió… Un ángel cayó, un ángel murió”.
Ese extracto de la canción “Cuando los ángeles lloran”, del grupo mexicano Maná, compuesta en honor a Francisco Alves Mendes, conocido como Chico Mendes, un recolector de caucho en la selva convertido en el máximo defensor de la Amazonía y de los pueblos indígenas que en ella habitan, asesinado en 1988, también se canta en honor a Virgilio.
Y así como la muerte de Chico Mendes atrajo la atención internacional y puso en el plano mediático la destrucción del Amazonas y la violación de los derechos humanos en las comunidades rurales más vulnerables, la de Virgilio también debe hacer temblar la tierra no debe quedar impune.
Ya en el Día de los Derechos Humanos, la embajada de Canadá otorgó el Premio 2022 (póstumo) a Virgilio Trujillo y en marzo de este año se hará la entrega formal a sus familiares.
Mendes trascendió y Trujillo hará lo mismo, por su amor y lucha por el Amazonas.